2 de diciembre de 2013

Castelo Mendo

Pasear por las calles de la pequeña y poco visitada aldea portuguesa de Castelo Mendo es como hacerse una cura de sosiego y tranquilidad. El silencio y la paz que se respiran entre sus callejuelas de granito hacen que te olvides de las manecillas del reloj y te invitan a caminar sin rumbo fijo, observando cada detalle y cada rincón, sin prisas. No muy alejada de Almeida, en el distrito de Guarda, en plena Beira Interior Norte y muy cercana a "la raya" con Salamanca, se trata de una de las numerosas aldeas amuralladas que conserva el país vecino, formando parte del conjunto de lo que se ha etiquetado para fomentar el turismo como "Aldeas Históricas". Reconforta observar cómo su centenar de vecinos se esmeran con mimo y sensibilidad en el mantenimiento y cuidado de sus calles y sus casas, conservando pulcramente su arquitectura tradicional. Pasear por sus callejuelas será un ejercicio de limpieza interior, de remedio contra el estrés y el ajetreo de nuestras vidas en las grandes ciudades y nos invitará, no solo a regresar en futuras oportunidades a Castelo Mendo, sino a conocer otras aldeas y villas del país vecino que colmarán, con completa seguridad, todas nuestras expectativas.











2 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Portugal siempre es un descubrimiento, incluso cuando vas sabiendo a dónde vas. Si no conoces las aldeas históricas, te las recomiendo plenamente.
      Salu2

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