16 de diciembre de 2014

Agujas de hielo

Me sumerjo en un mundo paralelo de finos cristales de hielo, de blancas agujas frías. Es un espacio sin sonidos, onírico. Un ensueño donde me rodean extrañas formas retorcidas, onduladas, a veces simétricas, a veces caóticas, enrevesadas. Líneas suaves, blandas, aterciopeladas por pilosas texturas congeladas. Un universo pasajero, efímero y mutante. La sombra de la maraña se desliza sobre el suelo, y se acorta y encoge. Merodea el sol a mi alrededor, y finalmente nos alcanzan sus añorados rayos en esta fría mañana de invierno, a mí y a mi ensoñación. Y mi ensoñación se apaga, como se apaga una vida, desaparece, como expira un último aliento. Se extingue entre etéreos vahos a los que el contraluz otorga vida propia. Se metamorfosea. El frío en calor. La noche en día. La oscuridad en luz. El negro en color. Ese último aliento en la primera inhalación.

El sueño en realidad. Amanece.













2 comentarios:

  1. Me gustan las entradas como la tuya. Poesía visual y prosa poética.

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    1. Como bien sabes tú y tan bien demuestras a través de tus imágenes, la poesía la pone la naturaleza. Tú y yo, así como el resto de fotógrafos, pintores, escritores, documentalistas y otros colectivos de personas "sensibles" a la belleza, no somos sino humildes transmisores de la misma. Solo a veces las imágenes que captamos se acercan tímidamente a la verdadera hermosura de aquella. Así pues, me halaga si alguna de estas últimas fotografías te ha parecido merecedora de ser calificada como poesía visual.

      Un saludo.

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