Vivir es un tránsito, un camino en donde todos somos nómadas. Que la travesía merezca la pena, depende de ti.

31 de marzo de 2021

Siempre Gredos, I

La sierra de Gredos siempre ha sido como mi casa. Una casa muy grande donde, como los lobos que cuidan y trasiegan por un territorio amplio, de cientos de kilómetros cuadrados, pero que se reúnen en lo que los zoólogos denominan "hogar", yo también tengo mi propio rendezvous (o vendez-vous) particular en el recogido valle de Hoya Moros, en la sierra de Béjar, lugar donde crecí. Regresar cada día a Gredos es como regresar a mi hogar tras un tiempo lejos. Da igual que hayan sido solo cinco días desde mi anterior visita, siempre será un retorno añorado. Siempre parecerá que ha pasado demasiado tiempo. Si además, me dejo perder por sendas y valles vacíos de gente, perdidos, que nunca he pisado antes ... mejor todavía. Valles y sendas en las que puedo tener la oportunidad de propiciar esperados encuentros inesperados con los habitantes de sus laderas. Zorros, cabras, ciervos, corzos, ... buitres, águilas reales, ... salen a mi encuentro. Gredos, siempre Gredos.










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