Vivir es un tránsito, un camino en donde todos somos nómadas. Que la travesía merezca la pena, depende de ti.
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6 de junio de 2016

Garrapatas

El Sistema Central se transforma, como cada primavera, cuando los piornales envuelven la atmósfera de aromas y colores. Según ascendemos por la carretera su perfume penetra en el coche suave pero intensamente. Envuelve las laderas que comienzan de esta forma a teñirse de su color amarillo característico. Y también como cada primavera nosotros nos acercamos a estas montañas en busca de algunos de los pajarillos más interesantes que en ellas se reproducen. El marco que los rodea no puede ser más atractivo para un fotógrafo de fauna o paisaje: piornos amarillos, fondos cálidos, aire puro de alta montaña, un paisaje salvaje, soledad,... ¿Qué más podemos pedir? Aquí me siento como en casa. Pero la primavera que la sangre altera de tantos seres vivos también trae otras pequeñas sorpresas a tener en cuenta. Todos debemos estar vigilantes. Sin excepción. De pluma, de pelo o de escamas. Seres grandes y pequeños son insidiosamente afectados por las pequeñas garrapatas, adheridas a sus pliegues y pieles más blandas. Pequeñas al principio, minúsculas e imperceptibles cuando se te suben por las extremidades buscando un rinconcito donde arrebujarse. Grandes después. Gordas, rechonchas, rellenas de sangre. De nuestra sangre para ser más precisos. Blanditas.

Más de una docena acarreaba este precioso macho de lagarto verdinegro (Lacerta schreiberi) en celo por uno solo de sus flancos mientras buscaba alimento entre las flores de un matorral.

La cara y la cruz de esta espléndida primavera.






17 de agosto de 2015

Bellezón

Lo veo aparecer por la ventanuca izquierda de mi hide. Baja por una gran piedra de granito y de un ágil salto aterriza en el mullido prado de montaña mientras el murmullo del arroyo que regatea piedras y pozas nos acompaña durante esta mañana soleada en la sierra bejarana. Él desaparece por entre las sombras de los socavones y huecos existentes entre los bolos de granito y los prados fruto de la escorrentía del agua, apareciendo repentinamente delante nuestro cuando ya lo dábamos por desaparecido del todo, un buen rato más tarde. El precioso y macizo macho de lagarto nos anima la mañana mientras esperamos pacientemente la llegada de un pechiazul, que finalmente no tendrá a bien hacer acto de presencia. Para compensar, el reptil toma su baño de sol largamente a escasos metros de distancia, permitiéndonos disfrutar de su hermosura. El lagarto verdinegro (Lacerta schreiberi) es un reptil de mediano tamaño, que raramente alcanza los 40 cm de longitud, de los que la cola suele suponer el doble o casi el doble de la longitud del cuerpo. Probablemente sea el reptil de colores más llamativos de la Península Ibérica, aunque en este caso nos estemos refiriendo únicamente a los machos durante el período de celo, cuando el color amarillo de su cuerpo contrasta con el intenso tono azul que adquiere en ese periodo su cabeza. Sin lugar a dudas un bellezón entre nuestros, generalmente modestos, reptiles ibéricos.