Vivir es un tránsito, un camino en donde todos somos nómadas. Que la travesía merezca la pena, depende de ti.

27 de febrero de 2023

Pajarines, II

No menos familiar y cercano que el anterior es nuestro siguiente protagonista: el petirrojo (Erithacus rubecula). Flexibilidad, eso es lo primero que imagino cuando veo a este pajarillo que tantas veces habremos visto zascandilear en parques y jardines, rebuscando no solo los insectos que representan la base de su dieta, sino también los posibles restos de comida que nosotros, los humanos, podemos descuidar en ellos. Este paseriforme se adapta sin complejos a las circunstancias e intenta obtener provecho de ello. De ahí que se me venga a la cabeza la flexibilidad ecológica que demuestra tener, cuando igual lo observamos a nuestro lado como en alejadas masas forestales.


Si nos fijamos atentamente en la frente del petirrojo que vemos en las siguientes fotos comprobaremos que la tiene mojada, aunque dejaremos primero el recorte de un detalle para que se observe sin dificultad. 


Se debe a que este adaptable pajarillo de bosques y zonas arboladas alternaba la búsqueda de algo que llevarse a la boca en tierra firme con la captura de larvas de trichópteros próximas a la superficie del agua, junto a la orilla del arroyo. Estas larvas conforman buena parte de la dieta de, por ejemplo, el mirlo acuático, y son esas pequeñas larvas que se sujetan a las piedras de los lechos de los ríos envueltas en una especie de funda de arena que ellas mismas fabrican y que, como unas minúsculas cápsulas, les sirven de camuflaje y protección. Si alguna de estas larvas acuáticas cometía en aquel lugar el error de acercarse demasiado a la superficie del agua junto a la orilla ... pues tenía muchas papeletas de acabar formando parte del desayuno de aquella pequeña bolita de plumas.




Aunque sea eminentemente insectívoro, no hará ascos a otro tipo de alimentación, especialmente durante el otoño o el invierno, cuando diversos frutos del bosque se vuelven importantes en su dieta; zarzas, espinos, rosales silvestres, madroños, etc. les aportan buenas cantidades de energía en esos momentos. El resto del año no será raro verlo por el suelo en pos de sus pequeñas capturas (hormigas, larvas, gusanos, arañas, ...), tanto en zonas arboladas, áreas recreativas o merenderos en plena naturaleza, como a nuestro lado, en el interior de las mismas ciudades y pueblos, donde ocupará jardines, parques y huertos.

25 de febrero de 2023

Pajarines, I

Se trata de una de las aves más familiares e identificables de las que nos rodean. Simpática y familiar, la podemos ver a menudo en jardines y parques, merenderos y áreas recreativas, además de en masas boscosas. Se trata de uno de los pequeñajos de nuestra fauna alada, el herrerillo común (Cyanistes caeruleus). A pesar de la familiaridad de este párido, no es una de esas especies de las que yo pueda presumir de contar con un gran archivo, pero alguna foto guardo. Os dejo un pequeño puñado de ellas.





Que la naturaleza resulta a veces dura es algo en lo que no es necesario profundizar. El herrerillo de la siguiente foto se nos posa en la rama mostrándonos la amputación de dos de los dedos de su pata izquierda, el tercero o central y el cuarto o exterior.

La verdad es que cuando disparas en ráfaga a estos inquietos visitantes no te percatas de estos detalles hasta que ves las imágenes en el ordenador horas o días después, pues los pocos segundos que paran en los posaderos los tienes que dedicar a encuadrar, enfocar en el ojo y disparar velozmente antes de que se te mueva y te estropeé la composición. No hay tiempo para nada más en los dos o tres segundos que suelen parar antes de cambiar de posición, rama o posadero, aunque lo de parar es solo un modo de hablar, ¡qué "rabos de lagartija" están hechos! Un accidente en algún momento pudo costarle la vida a ese ejemplar en concreto, pero su fortaleza y la concurrencia de algo de suerte ha hecho que sobreviva y se desenvuelva con absoluta normalidad. Su hermoso plumaje no deja lugar a las dudas, lo superó perfectamente.

Afortunadamente, lo normal es que las aves se muestren en perfecto estado y sin este tipo de lesiones.


Sin duda, un ave preciosa, amiga de moverse a nuestro lado y confiada. Todo una suerte poder disfrutar de su compañía.