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27 de noviembre de 2019

El lobo, o justificar lo injustificable

Hace ya varios meses que leía con estupor alguna noticia publicada en numerosos medios de comunicación digitales sobre la problemática que el lobo comienza a suscitar en el Parque Regional de la Sierra de Gredos, en donde los ejemplares que empiezan a campear por este espacio natural se están alimentando principalmente de animales silvestres en lugar de hacerlo de ganado doméstico. La prensa digital se hacía eco de la mayor de las contradicciones en la que podían caer los responsables de la Administración cuando jalean el odio al lobo en base a algo que es, por otro lado, tan deseable como que se esté allí alimentando de fauna salvaje. Los medios de comunicación, una vez más, se transformaban en inmejorables altavoces del sinsentido que resulta de pretender justificar lo injustificable: criminalizar al lobo también por alimentarse de sus presas naturales.


En la prensa escrita podíamos leer que "... el delegado territorial de la Junta, José Francisco Hernández, ha lamentado la declaración del lobo como especie de interés general ...", para añadir posteriormente que "también está causando estragos en los ejemplares de cabra montés". Continúan estos artículos diciendo que "... Manuel Díez  (a la sazón, Director Técnico de la Reserva Regional de Caza de Gredos) ha apuntado que esos "estragos" se han traducido entre enero de 2017 y mayo de 2019 en 150 ejemplares contabilizados muertos por el lobo". Hablar de "estragos" unido al término "también" es ya, como mínimo, tendencioso, además de irresponsable por parte de estos funcionarios que tienen en sus manos la gestión de nuestros ecosistemas.


Continúa Díez cayendo en contradicciones verdaderamente aberrantes respecto del deseable hecho biológico de que el lobo se estuviera alimentando precisamente de los animales menos capaces para sobrevivir y perpetuar la especie. Debemos recordarle a este Director Técnico que la función primordial de cualquier depredador en un ecosistema es contener el número de ejemplares de las especies presa dentro de unos números asumibles por el entorno, liberando en su caso a la comunidad botánica de una presión excesiva por parte de los herbívoros, depredando principalmente sobre esos ejemplares menos aptos para sobrevivir, e impidiendo así la propagación de posibles enfermedades y permitiendo que los más jóvenes y fuertes sean los que perpetúen sus linajes, y mejoren las capacidades de sus descendientes. El periódico lo expresaba de la siguiente forma: "... aunque ha precisado (se refiere al señor Díez) que la acción de estos cánidos está afectando de manera especial a "los más viejos y con peores condiciones para sobrevivir", que son los que cada años son objeto de caza en la Reserva de Gredos". Estas afirmaciones evidencian que la gestión cinegética de la reserva no se basa en esa manida y tradicional afirmación que el sector cinegético siempre intenta vender a la sociedad de que si no fuera por ellos, por los cazadores, las enfermedades acabarían por afectar gravemente a las poblaciones de ungulados. Queda meridianamente claro que su único y exclusivo interés parece ser el beneficio económico, el que proporcionan los trofeos, y que ahora un depredador venga a sustituir su "acción benefactora para con los ecosistemas" les resulta una gran contrariedad, pues los deja en evidencia. La gestión cinegética no se basa, pues, en argumentos biológicos, sino exclusivamente en intereses económicos.


Pero la contradicción no está ya solo en que se lleven las manos a la cabeza porque un depredador se alimente de especies silvestres en un Espacio Natural Protegido, además de criminalizarlo porque depreden los ejemplares enfermos, viejos y menos capaces para sobrevivir, sino porque reconoce que pese a ello los ingresos económicos derivados de la caza están en "máximos históricos" demostrando que en realidad no está afectando a "su negocio", demostrando que en realidad están hablando de un problema que no es tal, demostrando que no existe tal conflicto, demostrando en definitiva que lo que trasciende es simplemente odio atávico a esta especie. Todo ello no encaja con el término de "estragos" que tan grandilocuentemente y de forma tan sensacionalista propagan a los cuatro vientos. Lo dice con las siguientes palabras: "No obstante, Díez ha explicado que pese a la amenaza existente, sobre todo sobre los ejemplares de mayor tamaño y edad, se conseguido este año mantener unas cifras de capturas y de ingresos. Estos se encuentran en máximos históricos, por encima de 1.150.000 euros, debido a una mayor demanda y a una mejor venta".


La propia Federación de Caza de Castilla y León publica su preocupación por la nueva situación generada, haciendo una nueva alusión tan desacertada como ridícula: "Es decir, el lobo acaba con las posibles piezas de caza que podrían ser abatidas para gestionar en beneficio de las poblaciones de esta especie, tan amenazada por enfermedades como la sarna". O dicho de otro modo: las cabras son mías, no del lobo, y soy yo el que las tiene que matar para que no propaguen enfermedades y no él, ¿entendido?.

Se autodefinen en paladines de la conservación de la especie, alegando que si no fuera por su caza se ensañarían con ella las enfermedades, y luego critican que el lobo elimine precisamente esos ejemplares susceptibles de propagar epizootías. Pues nada, amigos cazadores, salvadores de la especie, héroes del equilibrio natural y de la diversidad biológica del planeta, si ya os hace el trabajo el lobo,... ya no es necesario que sigáis sacrificándoos por el bien de los ecosistemas del Parque Regional de la Sierra de Gredos, ¿no?


Yo me pregunto cómo se pueden caer en tantas contradicciones juntas en tan poco rato. No les gusta que el lobo se alimente de animales silvestres. No les gusta que los que cace sean además los más viejos e impedidos. Y tampoco les hace ninguna gracia que el depredador les sustituya en su pseudo-labor reguladora a fin de evitar la propagación de enfermedades. Entonces, a la respuesta a ese tópico que tanto repiten desde las administraciones y el mundo rural y cinegético de que el lobo viva allí donde pueda vivir, solo habría una respuesta aceptable para ellos: en los zoos.

Debajo os dejo algunos de los numerosos enlaces donde se da propaganda a la versión lobicida del enésimo conflicto que los antilobos crean artificialmente donde no debería haberlo, pero son muchos más repitiendo las mismas tesis de la administración de la reserva y de la propia Junta de Castilla y León, y del lobby cinegético.

https://www.abc.es/espana/castilla-leon/abci-lobo-mata-150-ejemplares-cabra-montes-gredos-ultimos-anos-201906111937_noticia.html

https://avilared.com/art/39953/el-lobo-mata-en-gredos-150-ejemplares-de-cabra-monte

http://fedecazacyl.es/lobo-ha-matado-150-ejemplares-cabra-montes-la-sierra-gredos/

Hay que aclarar que la práctica totalidad de la información que circula por internet respecto de la presencia del lobo en esta Reserva Regional de Caza que, recordemos, es también Parque Regional de la Sierra de Gredos, mantiene la misma filosofía de demonizar la acción del cánido. Nada nuevo, pues en el horizonte; ha sido así desde siempre. Pero buceando en la red he encontrado cierta información que contradice lo anteriormente publicado por los medios de comunicación, aunque de esta opinión, sin embargo, apenas se han hecho eco el resto de la prensa digital; sospechosamente, pienso yo, o como mínimo curioso, ¿no?. El enlace siguiente es el único que yo he localizado que advierte de serias dudas sobre la veracidad de lo expuesto públicamente por el delegado territorial de la Junta y el Director Técnico de la reserva, o al menos sobre la exageración de todo lo dicho y, por lo tanto, también sobre la inexactitud de todas sus afirmaciones:

https://www.club-caza.com/actualidad/actualverold2.asp?nn=9262

En él se entrevista a un vecino de la zona, que es presentado como cazador y trabajador de la propia Administración y buen conocedor del problema, pero que se mantiene en el anonimato seguramente para no sufrir las represalias con las que la Administración suele agasajar a los empleados díscolos que vierten informaciones contrarias a sus intereses. Esta persona habla de mala gestión y de falsedad malintencionada al atribuir a los lobos todos los machos encontrados muertos en Gredos. Pero escojo unos párrafos que aparecen en él:

"En la mayoría de Machos Monteses encontrados muertos en la RRC de Gredos, la causa de la muerte no ha sido la depredación por parte del lobo, esto no quita que alguno sí haya sido atacado (...) La mayoría de esos machos que aparecen en la imagen ha muerto por vejez y por mala gestión del medio.
(...)
Mucha casualidad es que la mayor parte de esos agentes son también ganaderos de la zona, Navacepeda, Hoyos del Espino, y son los primeros interesados en demonizar al lobo, pues cuanto más naturalizado y normalizada esté su presencia en la zona, antes cobrarán las subvenciones por posibles daños al ganado.
(...)
Pero a la cúpula de la junta de CyL, de Patrimonio Natural del Parque Regional les conviene echar la culpa al lobo, que no se puede defender con argumentos, mientras que lo realmente importante, es la mala gestión de medio."


Como resultado de todas estas contradicciones que derivan del odio interiorizado que se le tiene a esta especie, ya se realizó un primero "control letal" de un ejemplar macho al que se le ejecutó legalmente en el término de Navalperal de Tormes el 21 de abril:

https://avilared.com/art/39220/primer-lobo-abatido-en-gredos

Pero esto no ha hecho más que empezar porque el lobo ha llegado para quedarse. Y parece, además, que los intereses de la RRC de Gredos prevalecen sobre los que pueda tener el Parque Regional de la Sierra de Gredos. Están en el período de ir allanando el camino, de ir creando opinión, de preparar el terreno con la ayuda de la megafonía que suponen los medios de comunicación para que, cuando llegue el momento de realizar más controles letales sobre el lobo en este Espacio Natural Protegido, la sociedad los acepte sin demasiadas polémicas. Y vendrán más controles letales, sin duda, muchos de ellos en silencio.

Y ya para concluir, una pregunta que subyace en toda esta problemática que venimos comentando: ¿cómo es posible que un mismo territorio físico sea gestionado por dos entes cuyos fines y objetivos primordiales, en sí mismos, son opuestos? ¿Tiene lógica que el mismo territorio sea Parque Regional, máxima figura de la conservación y protección del medio ambiente y emblema del respeto a la biodiversidad de una comunidad autónoma, y a la vez Reserva Regional de Caza, en donde lo que prevalece es exclusivamente el interés económico del sector cinegético a través de la muerte por ocio de seres vivos? Habría que ser valientes desde la administración autonómica y comprender que la sociedad actual se declara claramente conservacionista, y por lo tanto apostar por una gestión de nuestros espacios naturales acorde con ese sentir mayoritario, que deja además también numerosos recursos económicos y muy repartidos en el ámbito rural gracias al turismo de naturaleza.

En vez de decir que "el lobo viva donde deba y pueda vivir" habría que decir muy alto que "las Reservas Regionales de Caza existan allí donde deban y puedan existir" y NO es precisamente compartiendo espacio con parques regionales o naturales donde los controles de animales silvestres deberían estar fundamentados en argumentos exclusivamente biológicos y de conservación, y en tal caso realizados por personal de la administración y no mediante caza deportiva. La existencia de la caza en nuestros días es inevitable, e incluso asumible la de las propias Reservas Regionales de Caza, pero su gestión debe, de una vez por todas, estar supeditada a la conservación de los ecosistemas, y no al revés como sucede actualmente, además de no coincidir nunca con espacios naturales protegidos. Este hecho es en sí mismo una inmensa contradicción difícil de explicar en nuestros días.

NOTA: Todas las imágenes están obtenidas en el Centro del Lobo Ibérico situado en Robledo, Zamora.