Vivir es un tránsito, un camino en donde todos somos nómadas. Que la travesía merezca la pena, depende de ti.

21 de diciembre de 2022

Feliz próximo 2023

Con mis mejores deseos para este 2023 que se nos echa encima, espero que sea para todos vosotros un año cargado de amor, amigos, viajes, naturaleza, sensaciones, experiencias, ... utopías que cumplir, ... sueños, esperanzas, ideales, proyectos, ... fantasías,... 

Cargado, en definitiva, de todo aquello que anheléis. Yo no me conformo con menos.

Feliz 2023 para todos.



20 de diciembre de 2022

Hablemos de política

Sí, hablemos de política, porque la política cada vez impregna más con sus espurios intereses la conservación de la naturaleza.


Hace ahora 15 meses que el lobo fue incluido en el Listado de Especies en Régimen de Protección Especial (LESRPE) como correspondía por ley a una especie prioritaria en EU y con un estado de conservación desfavorable según los informes técnicos. Se equiparaba así a la conservación de otras especies en situación similar, enmendando lo que hasta ese momento había sido un flagrante caso de agravio comparativo, y corrigiendo una situación absurda desde el punto de vista jurídico y biológico, es decir, que se gestionara de manera diferente una misma población animal según la región administrativa en la que habitara y, por lo tanto, de forma desordenada y anárquica en función de lo que determinaran unas decisiones políticas, muy alejadas de los criterios reales de conservación de la especie. De facto, esto acarreaba una inevitable debacle en su protección. Como ya toda la población española sabe, este logro sin precedentes fue conseguido por una modesta ONG que trabaja muy duro por el estudio y la conservación del depredador, y que hoy en día está en boca de todos los políticos regionales del noroeste español en cada uno de sus discursos, y no precisamente para ser alabada: ASCEL y todos sus socios pueden estar muy orgullosos de haber conseguido un hecho histórico en nuestro país, obligando al Gobierno de España a proteger a esta especie como correspondía. Sabíamos que las comunidades autónomas que durante décadas solo han sabido o querido gestionar la especie mediante su persecución letal no se iban a quedar calladas tras su cambio jurídico. Esto era evidente, los políticos regionales tenían que demostrar ante sus potenciales electorados del mundo rural que hacían todo lo posible por defender los supuestos intereses del campo, o al menos los intereses de aquellos que más alto alzan su voz, estridentes asociaciones agrarias incluidas, aunque no representen al conjunto del colectivo, ya que cada vez son más los que dirigen sus negocios de manera sostenible y no comparten la política radical de la mira telescópica y el gatillo.


Pero los políticos saben que aún para una parte muy relevante del mundo rural, para esa que sigue gritando y a la que se le hincha la vena del cuello si algo representa un obstáculo en su explotación agro-ganadera, el único manejo que conoce de la naturaleza es... simplemente la eliminación de lo que estorba; y es que todavía hay algunos que no conciben otro modo de relacionarse con el medio ambiente: estorban el matorral, las zarzas, los sotos y los setos, los árboles viejos, y los no tan viejos en mitad de la parcela, la vegetación de las cunetas y las lindes, los árboles que en otoño se desprenden de sus hojas y "lo dejan todo perdido", las "malas hierbas", los insectos, los micromamíferos, las "alimañas" que para muchos siguen existiendo aunque se alimenten de esos micromamíferos, los conejos que producen daños en los cultivos, los zorros que se comen esos conejos además de miles de esos micromamíferos, los jabalíes que producen más daños, los lobos que se comen esos jabalíes, además de cabras monteses o ciervos o corzos o carroñas, muchas veces las mismas carroñas que ellos abandonan en el campo, los abejarucos, los cormoranes, ... Todo lo que no produce acaba estorbando, y lo que estorba se elimina. Esto es así aún en el modus operandi de mucha gente del campo, sin malicia alguna en la mayoría de los casos, porque simplemente es la visión utilitaria de la naturaleza que han conocido desde niños.

El caso es que la evolución del conflicto inventado sigue el previsible curso de los acontecimientos. Así, algunas comunidades autónomas se revelan ante la nueva situación jurídica e intentan soslayar la nueva protección de la especie. Y es que se acerca el año electoral y nuestros políticos ya están de campaña en nuestros pueblos. Los actos preelectorales han comenzado, señores, llegan las rebajas y estamos que lo regalamos todo, mentiras, demagogias, adulaciones, frases hechas, tópicos y sonrisas falsas; oigan, cómprennoslo ya, que nos los quitan de las manos. Nuestros gobernantes autonómicos han dado el pistoletazo de salida y cada vez con más frecuencia de aquí a mayo de 2023 se van a dejar ver en los establos acariciando vacas, pisando hierba en algún prado verde -que, por supuesto, estará junto a la carretera, no se les vayan a manchar mucho sus lustrosos zapatos- y en los platós de televisión o detrás de los atriles en tribunas elevadas "defendiendo a capa y espada el mundo rural contra los ecologistas radicales que protegen a ultranza a esa especie sanguinaria, única y exclusiva responsable de la inminente extinción del ganadero y del abandono total de nuestros pueblos". Y bla, bla, bla, bla, y más bla, bla, bla.


Enmarcada dentro de esas actuaciones que solo pretenden contentar a ese sector aún mayoritario del electorado rural que se ha creído esa gran mentira de que el lobo es el causante de todos sus males, Cantabria, por ejemplo, se enfrenta al Ministerio y con una bochornosa chulería se planta ante la ley, y haciendo declaraciones que muy bien podrían ser calificadas de macarras, su Consejero de Desarrollo Rural y Medio Ambiente (le tiene alguien que explicar qué significan estas dos últimas palabras), el Sr. Guillermo Blanco, soltaba en primavera una perla que sonaba a amenaza al decir que "¿Nos piden que pongamos lazos? Los vamos a poner, y nos tienen que decir una dirección de correo donde enviarles los lobos", haciendo una irresponsable apología del furtivismo. Así las cosas, la obcecación del gobierno cántabro y el enfrentamiento intencionado con el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico en busca de la simpatía de sus posibles votantes hace que en junio emita nuevas autorizaciones para seguir matando lobos. La fijación enfermiza que el propio presidente de la comunidad cántabra, Miguel Ángel Revilla, tiene con el cánido desde niño es ya pública desde hace tiempo y notoria (en febrero declaraba en El Independiente, entre otras cosas, que "Cuando a mí me comieron mis ovejas con ocho años había muchos menos lobos que ahora" y afirma que "La presencia del lobo es una ruina. Me parece bien que habiliten espacios para proteger al lobo, en recintos cerrados. Pero lobo y ganadería son incompatibles"), y se ha transformado en un evidente enfrentamiento con los jueces que hacen cumplir la nueva situación jurídica de la especie: "Revilla abroncó a uno de los jueces que suspendió la caza de lobos en Cantabria", informaban diversos medios de comunicación a finales de septiembre de 2022. 

Hay que vivir anclado en la Edad Media para decir que una especie animal solo merece vivir en recintos cerrados. A lo mejor somos los hombres los que, visto el estado deplorable en el que está el planeta, deberíamos encerrarnos a nosotros mismos para protegerlo. Declaraciones tan bestias y tan antiguas como las que hace el presidente Miguel Ángel Revilla solo consiguen enconar el conflicto social alrededor del lobo y magnificarlo un poco más cada vez que abre la boca, además de venir a demostrar porqué el planeta se encuentra en esta situación límite actual.

La aparición en los medios de comunicación de la problemática que suscita esta especie es inevitablemente abrumadora, y lo es de modo intencionado en busca de votos por parte de partidos políticos de cualquier signo. Todos ellos se suben al carro en busca de los réditos políticos que supone vilipendiar al lobo. Inevitablemente también, cada actuación del gobierno cántabro que pretenda driblar la protección del cánido es recurrida en los tribunales por ASCEL y, como no podía ser de otra manera, los tribunales le dan la razón a la asociación conservacionista, lo que nos hace comprender lo lamentable que es nuestra clase política cuando vemos que una y otra vez es la sociedad civil la que tiene que obligar en los juzgados a nuestras instituciones autonómicas a ajustarse a la ley, cuando sus acciones y decisiones en materia de medio ambiente deberían estar regidas por lo que indica la ciencia. 


Por su parte en Asturias las cosas se desarrollan de manera paralela a Cantabria, y será una vez más desde el mismísimo Parque Nacional de los Picos de Europa (PNPE) desde donde se sigue alimentando la ignominia.


Y esto es así debido a que este parque nacional se ha erigido desde hace décadas en reconocido estandarte de la más bochornosa persecución institucional del depredador en nuestro país, en donde funcionarios públicos pagados por todos han llegado a matar a tiros incluso a lobos radiomarcados con collares GPS, pertenecientes a caros estudios científicos que han sido encargados por instituciones públicas, o donde el propio biólogo responsable de la conservación de la fauna -el supuesto "experto en lobos" Borja Palacios Alberti- llegó a matar (a golpes en la cabeza) a una camada de siete lobeznos de muy pocos días de edad y en donde, en vez de ser cesado y expulsado del PNPE, fue poco tiempo después recompensado por la dirección del parque con un cargo de mayor responsabilidad.


Pues es de nuevo allí, en este parque nacional, máxima figura de la hipócrita protección ambiental en nuestro país, donde el consejero de Medio Rural y Cohesión Territorial del Principado de Asturias, el Sr. Alejandro Calvo, procede a autorizar la muerte de otro ejemplar, contraviniendo la nueva jurisdicción que lo protege, y haciendo de nuevo inevitables las denuncias ante la ilegalidad que se pretende justificar. Pero ya lo último y más vergonzante que esgrime el "Paraíso Natural" asturiano para justificar la muerte de ejemplares de lobo es alegar que su presencia amenaza la seguridad de las personas, llevando la aberración a cotas difíciles de superar.

Entre tanto, el PP de Castilla y León, sin llegar tan lejos en las acciones realizadas, también busca venderse ante el electorado castellano-leonés como valedor del mundo rural. El mismísimo responsable de que la magnitud de los incendios de Zamora fuera histórica en España al negarse a ampliar el nivel de riesgo de incendios durante el verano extremo que hemos pasado (con temperaturas récord y durante períodos de tiempo igualmente históricos) porque ¡¡aún no estábamos en julio!!, el denostado político Juan Carlos Suárez-Quiñones, ahora dice luchar por el mundo rural pidiendo hacer controles de lobos y alegando que protegiendo de ellos a la ganadería extensiva se minimiza el riesgo de incendios en nuestros montes. ¡¡¡Alucinante, chicos, verdaderamente alucinante!!! Hay que tenerlos muy gordos para pretender relacionar la presencia del lobo con la proliferación de los incendios, pero que además lo haga el responsable de lo acontecido hace unos meses en Zamora sobrepasa lo obsceno, la desfachatez y la burla. Se debe pensar que somos imbéciles.


Lejos de dimitir, que es lo que tenía que haber hecho este sujeto en verano y lo que todos le seguimos exigiendo, se permite el desparpajo de usar dinero público para viajar a Bruselas a hacer el paripé de que le importa el mundo rural, como si nos lo fuéramos a creer. Esto lo hace de cara, sin duda, a recuperar ese electorado que probablemente perdiera el PP en Zamora y CyL por su irresponsable gestión de los incendios. Y para ello utiliza la figura del lobo, manoseando un conflicto artificial y amplificándolo en el Parlamento Europeo. En definitiva, utilizándolo como arma política. El objetivo de su viaje (insisto, solo de cara a la galería) es pedir a la Eurocámara que se rebaje el grado de protección del lobo en Europa, en una acción que podemos considerar de puro marketing electoral, en tanto que el Parlamento Europeo no es quien puede tomar dicha decisión, sino la Comisión Europea. Su lucha por los votos frente a VOX en Castilla y León está detrás de estas maniobras que, sabían, no iban a recalar en ningún puerto, por lo que solo se pueden entender en clave electoral. Como ya todos sabíamos, y ellos los primeros, su visita a Bruselas y el despilfarro de nuestro dinero que aquel viaje supuso, no les aportó ningún rédito en cuanto a la desprotección del lobo (queda por ver si la gente del campo castiga en las urnas al PP o si son de memoria frágil, que es lo que verdaderamente se juega el PP de CyL con estas actuaciones) y, aunque el Parlamento Europeo votó a favor de una resolución a través de la cual solicitó a la Comisión Europea que se relajara la protección de los grandes carnívoros (lobo y oso), Bruselas rechazó rotundamente modificar la protección de los mismos dado sus estados de conservación desfavorables. Por si fuera poco contundente esta decisión, el Consejo de Europa redactó un informe categóricamente contrario a relajar la protección del lobo. Dicho informe fue llevado y discutido en la reunión celebrada el 1 de diciembre del Convenio para la Conservación de la Vida Silvestre y los Hábitats en Europa -el conocido como Convenio de Berna-, y ratificado en dicho foro, manteniendo el nivel de protección del cánido en toda Europa y respaldando así las tesis de ASCEL para España, bien argumentadas jurídica y biológicamente.


Pero estamos en precampaña electoral. Que el PSOE se haya visto obligado a proteger al lobo por mandato europeo, no significa que esté contento de manejar esa patata caliente, y parece que ya empieza a perfilarse en "modo elecciones" cuando, al contrario de la postura firme mantenida hasta ahora por el Ministerio ante los ataques que recibía de las CCAA con presencia mayoritaria del lobo, parece querer suavizar su discurso y admite que se dan dos de los tres supuestos que la ley exige para que se puedan llevar a cabo legalmente esas muertes de lobos a manos de las instituciones asturianas. Una de esas dos situaciones que, según el Ministerio, sí se dan en el caso de la solicitud del Principado para eliminar un lobo en el Parque Nacional de los Picos de Europa es que "existen razones imperiosas de interés público de primer orden, incluidas las de carácter socioeconómico y consecuencias beneficiosas de importancia primordial para el medio ambiente". Es interesante analizar este argumento que justificaría uno de los tres requisitos necesarios para regresar a los controles. Por un lado, muchos ciudadanos no van a entender como "razones imperiosas de interés público" los intereses privativos de un colectivo profesional; no lo tiene nada fácil el MITECO para explicar a la sociedad cómo puede prevalecer el interés particular e individual de un sector sobre el beneficio público (ahora sí que sí) y social de la conservación de la biodiversidad y de la protección real de una especie protegida, máxime cuando los perjuicios que la especie pueda causar son meramente económicos y, como tales, se pueden compensar de igual manera. Pero es que, además, ¿cómo se justifica que matar un lobo tenga "consecuencias beneficiosas de importancia primordial para el medio ambiente"?, alguien se lo tendrá que explicar a esta sociedad, porque parece una enorme y descomunal tomadura de pelo. Pero por si no fuera ya imposible comprender semejantes argumentos, que no se sostienen ni con pinzas, el último equilibrio que hace el departamento de Teresa Ribera es aceptar como demostrada la ya mencionada tesis del Principado de Asturias que considera acreditado que la presencia de lobos en Cabrales ¡¡¡¡¡amenaza la salud y la seguridad de las personas!!!!!

Pura ciencia ficción. ¡Increíble, pero cierto!, menuda filigrana pretenden colarnos. 

El lobo, señores, se ha situado desde hace mucho tiempo en el centro del debate político en estas comunidades autónomas. Las dimensiones del conflicto son desproporcionadas en relación a las pérdidas económicas que realmente ocasiona, y desde las instituciones se obvia, con premeditación y alevosía, tanto los beneficios ecosistémicos que proporciona la especie, incluso para el propio sector agro-ganadero (beneficios cuantificables muy superiores a las posibles pérdidas económicas de las que él pudiera ser responsable), como de la magnificación artificial de la problemática por la concurrencia de otros factores de gran incidencia en las pérdidas como lo son los fraudes, la responsabilidad de los perros en muchos de los ataques, los inconsistentes peritajes de ataques que se hacen en España y que para nada pueden ser calificados de científicos, etc.

Nada de todo esto último importa. Solo importa culpabilizar a un enemigo que se pretende sea común para que el populacho se crea mis mentiras, me vote contento y yo pueda seguir gobernando otros cuatro años más. A esto se limita realmente el conflicto del lobo. Y si alguien no me cree, que pregunte a todos esos ganaderos que sí conviven con él en armonía, que no tienen pérdidas porque ponen realmente los medios para evitarlas y no comulgan ni con sindicatos extremistas, ni con políticos mentirosos y manipuladores.

14 de diciembre de 2022

11 años ya

Un 14 de diciembre más recopilo algunas de las fotos aparecidas en este último año para celebrar un nuevo cumpleaños que añadir a este modesto Cuaderno de un Nómada. Once ya. A mí me parecen pocos para esta andadura de la que tengo la sensación de haberse iniciado mucho tiempo antes. Este año cumplido lo despido con menos fotos de fauna de las que hubiera querido, pues me han faltado muchas mañanas en el hide para lo que venía siendo habitual en años previos. Pero es que el tiempo mucha veces no está ahí para lo que quisiéramos.

No obstante, campo ha habido mucho, que es lo principal. Han sido muchos los pateos realizados por las sierras y montañas de mi zona de confort: Gredos, Béjar, sierra de Francia, de la Culebra, ... cordillera Cantábrica, ... Gallocanta, ... Y amigos, por supuesto, también ha habido muchos amigos sin los cuales el campo no hubiera sido lo mismo. Con ellos hemos gastado las suelas de las botas, hemos arrancado a caminar antes de amanecer para hacer imborrables esperas a nuestros grandes carnívoros, o hemos llegado de ellas ya de noche a nuestras furgos. Nos hemos reído y hemos hablado; ya lo creo que hemos hablado, largo y tendido, de naturaleza, de la política que afecta a nuestra naturaleza, ... y de los indeseables cuyas acciones y decisiones afectan a nuestra naturaleza. Ya lo creo que hemos hablado de todo ello y de todos ellos. Y también nos hemos reído (¿no lo había dicho ya?). Pues eso, que sin los amigos nada hubiera sido lo mismo.

Ha habido buenos momentos, pero también momentos amargos como la pesadumbre que nos provoca recorrer los grandes incendios de Zamora y de la sierra de Francia/Hurdes, cuyas cenizas hemos pisado cuando aún humeaban algunos rescoldos calientes. 

Este año no puedo ni quiero quedarme solo con los buenos recuerdos, aunque espero que sea solo una excepción. Será necesario recordar también los malos, porque olvidar nos hace tropezar de nuevo con el mismo problema, y porque olvidar nos puede hacer cómplices de que algunos desastres ambientales se vuelvan a repetir. No, no quiero olvidar, para saber a quién no he de votar.

Esta vez os dejaré, como excepción a la norma, alguna foto más de las doce con las que en otros cumpleaños he salpicado esta celebración; os dejo, pues, un bonus track. Espero que, aunque menos prolífico en lo fotográfico para mí, haya sido al menos un buen año en lo viajero para todos, porque el destino no es el objetivo, sino el camino. 

Feliz espíritu de lo salvaje, amigos.

















7 de diciembre de 2022

La rueda de la vida

Como cada otoño saco un par de días para acercarme a las laderas de Gredos en busca de los grandes machos de cabra montés (Capra pyrenaica victoriae) que por estas fechas andan con sus escarceos amorosos. La mayor parte de los combates habrán tenido ya lugar, pues suelen ser más habituales al comienzo de la época de celo cuando las jerarquías se establecen entre ellos, principalmente a base de medirse, molestarse, empujarse y demostrarse unos a otros su propia fortaleza, de modo que el combate sea solo el último recurso. Atrás quedaron los meses en los que los rebaños permanecían segregados por sexos. Ahora los machos de todas las edades se arremolinan alrededor de las hembras, a las cuales atosigan sin descanso. Debajo, vemos a una hembra situada en el medio del grupo, rodeada literalmente por ocho machos de diversas edades.

Los rebaños, ahora mixtos, permanecerán así varias semanas, e incluso varios meses, pues no es raro que a finales de febrero aún aguanten no pocos machos en compañía de las hembras y sus crías del año anterior. Debajo vemos una estampa clásica de este período: algunos grandes machos acompañando a algunas hembras con sus chivos del año. Los machos conocen su posición en el grupo y en caso de que alguna hembra entre en estro el semental más poderoso será el que consiga sus favores (siempre que no se descuide y algún otro ejemplar se le adelante en una distracción).


Esta época de celo está llena de detalles y gestos que resultan de indudable interés para cualquier naturalista. Si estamos atentos observaremos cómo los machos de cualquier edad encorvan la espalda y bajan su cabeza volviéndola hacia atrás. Si los tenemos de perfil y a una distancia óptima podremos comprobar cómo se orinan a sí mismos las patas delanteras, el vientre y su propia cara: las feromonas que se desprenden con la orina se impregnan así en su pelaje y sirven para enviar señales químicas a las hembras y machos de alrededor. Este es un comportamiento común a otros ungulados y es sencillo, por ejemplo, observar imágenes de ciervos o gamos con sus barrigas literalmente negras durante la berrea o la ronca.

Todos conocemos los rituales posturales clásicos de esta época en los machos, son gestos que hemos visto en cientos de fotos cada nueva temporada de celo: la cola la mantienen levantada, echan la cabeza y su enorme cornamenta hacia atrás al tiempo que la agachan, a veces adelantan una de las manos hacia la hembra, dan pasos hacia adelante y hacia atrás, sacan la lengua azulada, generalmente inclinándola hacia abajo, ... En esta tesitura, si ella no está aún receptiva o el pretendiente no le parece el adecuado como padre de su futura descendencia, amagará con sus cuernos contra él, dejándole claro que está molestando, que no es el momento y que haría bien en marcharse a dar la brasa a otra parte. No llega a cornearlo, pero lo aparta como vemos en las fotos siguientes.


Ellas, que aún estarán acompañadas de las crías de ese año, indican si están ovulando o no mediante señales olorosas desprendidas a los cuatro vientos mediante las feromonas que contiene su propia orina. Y serán estas señales químicas las recogidas por un órgano especial asociado al sentido del olfato (existente en un gran número de mamíferos, excepto algunos primates), denominado órgano vomeronasal o de Jacobson, situado en el hueso vómer, entre la nariz y la boca -se trata del mismo órgano que sirve a las serpientes para "oler" con su lengua esas sustancias químicas que flotan en el ambiente. Todos hemos visto imágenes de caballos levantando el labio superior en una actitud curiosa, con un gesto entre grotesco y divertido denominado "reflejo de Flehmen"; pues bien, ese mismo gesto es el que podremos ver en los machos monteses si estamos atentos. En las dos fotos inferiores vemos cómo la hembra orina sobre la roca y el macho que la está cortejando inmediatamente huele la información que proporciona pegando su nariz contra la misma. Acto seguido levanta el labio superior y "olfatea" con el órgano vomeronasal las feromonas que pueda haber en el aire.



Los galanteos comienzan como ya sabemos, con ese protocolo ritual de los machos y ese "hacerse de rogar" de las hembras.


Él se arremolina alrededor de ella, la agasaja por un lado, por otro, adelanta una de las manos, con la que a veces toca las patas traseras de ella, apoya su morro o cabeza contra el flanco de ella, frotándola, como acariciándola, ...


... se acerca por sus cuertos traseros y la vuelve a oler por enésima vez, ...


... hay que lanzarse ya, ... se anima por fin e intenta montarla, ...


... pero para ella no es el momento aún, se mueve impidiendo la cubrición; habrá que esperar un poquito más. 



Pero ella, con su cola levantada, le sigue enviando señales químicas de que sí, solo se está haciendo la interesante.


Nuevo acercamiento a la grupa de ella, ... con sutileza, ... sin forzar la situación más de la cuenta; al final siempre será ella la que decida el momento adecuado.



Y vuelta a probar suerte.


Pero nada, que no hay manera. La cabra, escurridiza, se escabulle otra vez más. Así sucede durante varios intentos y un buen rato. Nosotros, naturalistas voyeurs, cruzamos los dedos y esperamos ser testigos del inevitable desenlace final, de ese momento en el que una nueva generación de criaturas se geste en un instante; ser espectadores del inicio en un solo segundo de la futura nueva generación de cabras monteses.

Tras no menos de tres intentos, ...



...ella se lo permite finalmente. Un nuevo ciclo se ha puesto en marcha un año más y podemos decir que la próxima generación de criaturas ya está en camino.

Amigos, la rueda de la vida sigue dando vueltas.

12 de octubre de 2022

Por fin están con nosotros


Hacía años que en todas mis salidas a Gredos no perdía la ocasión de identificar a todos los grandes planeadores que volaban por encima. Aunque fuera atento al suelo buscando indicios de mamíferos, o estuviera acompañando a los grupos de cabras monteses que se mueven por sus laderas con el fin de hacerles algunas fotografías, siempre miraba de reojo hacia arriba, por si tocaba la flauta. El fin de semana pasado sonó por fin.


Revisando un gran bando de buitres leonados (Gyps fulvus) y alguno negro (Aegypius monachus) que volaba sobre un collado cualquiera, y mientras algunos de ellos permanecían posados en una pradera, un bicho negro que en algún instante pareció tener la cola más larga de lo habitual nos llamó la atención. Lo seguimos con los prismáticos durante unos momentos sin poderlo identificar. Era muy oscuro y se confundía con el piornal en sombra sobre el que sobrevolaba; la pobre luz ambiente que provocaban las densas nubes de tormenta que nos estaban amenazando no ayudaba en absoluto. No me lo podía creer. Menciono casi con miedo un "parece un quebranta". Atentos a sus evoluciones, pasan unos pocos minutos de intriga, mientras nos da la sensación de que ... "vuela diferente al resto de buitres". Finalmente se recorta unos instantes contra las nubes y aquella silueta definitivamente disipó cualquier duda sobre la identidad de la rapaz. Se trataba de un juvenil de quebrantahuesos (Gypaetus barbatus).


Tras no perderlo de vista durante un rato más, y mientras lo estamos siguiendo con los prismáticos, por el rabillo del ojo veo que se cruza otra mancha oscura por el campo visual que resulta ser un segundo ejemplar de quebrantahuesos. ¡¡Dos quebrantas nos regalan durante media hora la sorpresa del día!! Es la primera vez que vemos esta especie que estuvo a finales del siglo XX a punto de extinguirse en nuestro país, aquí, en Gredos, en nuestra casa. Hoy, aunque su estado de conservación sigue siendo preocupante, la población se ha multiplicado después de años de esfuerzos humanos y económicos, en los que han colaborado numerosas instituciones y algunas empresas privadas, lo que aporta un rayo de esperanza.


Dos fechas quedarán marcadas en la historia del regreso del quebrantahuesos a las gargantas de Gredos. La primera será el 17 de mayo de 2022 cuando dos pollos de esta especie son trasladados desde el valle de Ordesa, donde han sido cuidados con mimo en unas instalaciones especiales desde su estado embrionario en el huevo. Ese 17 de mayo Galana -una hembra- y Risco -un macho- serán por fin los primeros ocupantes de los jaulones que conforman el hacking desde el que se adaptarán al entorno del lugar. La segunda fecha histórica, y si cabe más relevante, será el 16 de junio cuando las puertas de esas jaulas que han hecho las veces de nido en las alturas se abrieron definitivamente, dejando libres a estos dos exploradores de los vientos.


¿Serán estos dos ejemplares los que pudimos ver en aquel collado hace apenas unos días? Probablemente sí lo eran, aunque la distancia y la pésima luz que nos envolvía por aquellas nubes plomizas no nos permitieron distinguir ninguna marca alar de las que ahora identifican a los dos animales liberados, como si de su carnet de identidad se tratara. Damos la espalda a la cabezacera de la garganta y ponemos demasiado pronto rumbo al coche. La satisfacción de haber visto por fin nuestros primeros quebrantahuesos de la sierra de Gredos compensará el cansancio de la jornada y la rabia de no haber podido llegar hasta donde hubiéramos deseado por la amenaza de tormenta cuando ya habíamos superado casi todo el desnivel. La satisfacción ... y la emoción. No en vano el quebrantahuesos es una especie fetiche para mí, a la que he dedicado varios viajes exclusivos a Pirineos y de la que he disfrutado incluso en el Himalaya.

Hoy la biodiversidad de estas sierras es un poco más completa; estamos ya muy cerca de recuperar otra pieza perdida del puzzle. Con la llegada del lobo hace unos años, y el reciente desembarco del quebranta, Gredos es hoy un poco más Gredos. 

NOTA: Ninguna de las imágenes de quebrantahuesos que acompañan a esta entrada corresponde con los ejemplares vistos en Gredos, siendo fotografías realizadas en los Pirineos de ejemplares con un plumaje similar al observado en la sierra abulense.