Vivir es un tránsito, un camino en donde todos somos nómadas. Que la travesía merezca la pena, depende de ti.

11 de septiembre de 2021

El lobo y el ganadero


Desde hace unos días tenía pendiente hacer una pequeña mención en este diario personal sobre un artículo que he leído y que me ha llamado la atención, no por lo que en él se cuenta, que es algo que yo ya conozco sobradamente, sino por la claridad con la que se expresan unos paisanos, ganaderos de ovino en tierra de lobos. El artículo se titula "Leandro y sus hermanos, los lobos y 1.200 ovejas", y fue publicado el 30 de agosto pasado por el diario on-line Público. Me quedo con algunos párrafos que no tienen desperdicio y que dejan en evidencia las llantinas de los sindicatos agrarios y su machacona insistencia con que el lobo y la ganadería no son compatibles. Ahí van algunos:

"Lo primero que nos ha aportado el lobo es que nos ha hecho cambiar el modelo de gestión del ganado hacia un modelo de bienestar animal. Para empezar, a nuestro padre todos los años los lobos le mataban ovejas, algunos años hasta decenas, han sido cientos a lo largo de su vida; a nosotros, en estos 12 años, ninguna. Eran otros tiempos. Pero ahora sabemos lo que hay que hacer. Conocemos las medidas. Y hemos cambiado, cuidamos las ovejas, las pastoreamos. Tenemos perros mastines que las cuidan y que ahuyentan al lobo. Porque no las dejamos a su aire en el monte y vamos a verlas una vez cada 15 días, como hacen otros. Es que hay que ser ganaderos. No ganaeuros, como hay muchos: ellos en el bar y las ovejas en el monte. Hay que ser ganaderos y pastores. Si decides dedicarte a esto, te tienes que dedicar a esto, y ser profesional, como en cualquier otro trabajo; no solo propietario de animales o de terrenos"



Conocedores de los beneficios ecosistémicos que proporcionan los depredadores, incluso para el propio ganadero afirman que "El lobo nos ha dado la lección de que tenemos que cuidar del ganado. Además, el lobo mantiene sana la fauna salvaje, se encarga de limpiar los excedentes o los ejemplares más dañados, y así pone control, por ejemplo, a las epidemias de sarna de los corzos, que se pueden pasar fácilmente al ganado"

Y meten el dedo en la yaga, van a cuestiones que poco tienen que ver con el animal en sí: "Pero no, es muy fácil echarle la culpa de todo al lobo, usarlo como chivo expiatorio para no sentarse a hablar entre todos del futuro de la ganadería extensiva, de las pequeñas explotaciones, de los pueblos. Quizá es que haya muchos intereses en la ganadería industrializada y en el negocio de la caza del lobo, quizás sea que los gestores de montes de la Junta de Castilla y León siguen con el espíritu repoblador y de aprovechamiento a corto plazo del ICONA franquista, quizá sea que los sindicatos agrarios y ganaderos ni sean sindicatos ni agricultores ni ganaderos sino gestores de cotos de caza, y que no se quiera dar salida a esto, que por eso ni siquiera se sientan a hablar. Pero si ni siquiera tenemos un censo fiable de cuántos lobos hay desde hace más de 20 años ... Yo entiendo que mi padre y la gente de su edad en aquellos tiempos quisieran matar al lobo, pero, hombre, no sé, o evolucionamos y progresamos y entendemos lo que es el equilibrio en el campo, la defensa de la biodiversidad y de la agricultura en extensivo ... o nos la pegamos ..., y nos tiramos todos por el barranco, como le pasó a aquel rebaño de mi padre que, ante la llegada del lobo, las ovejas, asustadas, decidieron tirarse peña abajo"


El caso de otros jóvenes ganaderos que han tomado el relevo de sus padres es igual de significativo. Así podemos leer este otro artículo titulado "Pastores que conviven con el lobo: "Estoy a favor de prohibir su caza" ", publicado en elDiario.es en febrero de este año. Nos cuenta el caso de un ganadero de vacas de la comarca sanabresa, donde nunca dejó de haber lobos ni en los peores momentos del siglo pasado, y que viene a demostrar que el vacuno también puede ser protegido eficazmente si se usan las medidas preventivas que tenemos a nuestro alcance. "Le sale más económico -haciendo referencia a la administración castellano leonesa- matar al lobo que dar estas ayudas para la protección del ganado", explica este ganadero de 22 años. En este mismo artículo otro ganadero de la montaña leonesa afirma que "La coexistencia es lo normal aquí, el lobo no supone un problema", y vuelve a poner el foco en la administración al decir que "El problema es más grande que la coexistencia con el lobo, es un tema de la Administración, que no entiende a los ganaderos".

No son los únicos pastores que conviven con el carnívoro, hay otros muchos testimonios igual de esclarecedores que nos hablan de que la coexistencia puede ser una realidad; y de hecho lo es, como lo estamos viendo aquí, cuando se quiere de verdad. 

Querer es poder.

Pero públicamente no tiene tirón hablar de convivencia -debe ser una ñoñería poco comercial-. Seguro que vende mucho más hablar de que el lobo (o lo que quiera que haya sido, que si es perro tampoco pasa nada por achacarlo también a lobo) ha matado, de que la ganadería puede desaparecer si se protege al depredador, de que hay que decidir entre el animal o el hombre de campo, que si se protege al lobo la ganadería está en peligro de extinción, ... y otras palabrerías incendiarias y tendenciosas similares que no buscan consensos, sino caldear el ambiente. Sindicatos agrarios y medios de comunicación tienen que hacérselo mirar, parecen vivir del enfrentamiento, del llanto y la queja, de los aspavientos y el vocerío, del chantaje y las amenazas. Del ruido, en definitiva.


Hace ya unos años Ecologistas en Acción puso en marcha una campaña para fomentar la coexistencia de la ganadería y el depredador conocida como "Vivir con lobos" en la que se implicaron más de medio centenar de explotaciones ganaderas. Según la propia organización ecologista "... se ha iniciado un cambio de mentalidad y de actitud frente al lobo por parte de un número estimable de ganaderas y ganaderos, aunque el cambio es todavía incipiente, sin duda dificultado por unas administraciones que apenas apuestan por la prevención y no tienen una adecuada política de indemnizaciones, así como por unas organizaciones agrarias que no quieren la coexistencia"


A eso añadiría yo que también por unos medios de comunicación para nada profesionales con el tratamiento de las noticas, que casi nunca cotejan ni contrastan los sucesos con la opinión de biólogos y conservacionistas, y que generalmente son redactadas por periodistas muy poco rigurosos y que no tienen ningún conocimiento en materia de medioambiente. Son los medios de comunicación, de hecho, una parte fundamental del problema y, sin duda, su responsabilidad es tan alta como la de los propios sindicatos agrarios. Como yo mismo he escrito en alguna otra ocasión en este blog, matar lobos se ha demostrado ineficaz para evitar el conflicto con las ganaderías, y más aún si el objetivo final de nuestra sociedad es fomentar la coexistencia del mundo rural con él. Usar el rifle en vez del cerebro es el resultado de una gestión inaceptablemente simplista, cortoplacista y miope, que demuestra, por un lado, nuestra nula inteligencia al insistir cazurra e ignorantemente en el tiro limpio como medio de solventar el conflicto, y que, por otro, parece obedecer más bien a una pataleta infantil que a un razonamiento serio y pragmático: 

- Tú me matas ovejas, pues ya no te ajunto, ¡ale!. Ahora vas a ver de lo que soy capaz.

Señores de las administraciones y de las organizaciones agrarias, si matar lobos lleva una eternidad sin solucionar el problema ... ¿es tan complicado darse cuenta en pleno siglo XXI de que hay que buscar otra fórmula para solucionar la cuestión?, ¿es tan complicado ver la demostrada ineficacia del tiro como estrategia para acabar con los posibles ataques de los lobos?, ¿es de verdad imposible fijarse en los muchos ejemplos de ganaderos en extensivo que conviven con el depredador sin que este les ataque su ganado?, ¿por qué se ponen de perfil ante esta evidencia? De verdad es que no soy capaz de comprender semejante cerrazón en solucionar todos los perjuicios que nos pueda causar nuestra compleja relación con el medio natural matando a los seres vivos con los que entramos en conflicto. No lo entenderé nunca.

¡Qué seres más brutos debemos ser!

2 comentarios:

  1. Pedazo de artículo te has gastado. Enhorabuena. Pone las cosas claras y a todo el mundo en su sitio. Un saludo.

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    1. Gracias, José, por tus palabras, motiva que se compartan las opiniones, ahora lo que hace falta es que algunos no conocedores del problema se conciencien de cuál es la realidad, y así, granito a granito, vayamos cambiando esta sociedad que aún tolera el tiro como diversión o como método de gestión de especies. Un saludo.

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