Como en el mejor desfile de modelos, las anátidas nos muestran una variedad de plumajes digno de admiración. Cuando la gente los ve volar, a menudo le sale de dentro un simple y vulgar -ah, sólo son unos patos. No amigos, entre los patos nada es simple y vulgar. La variedad en el diseño de sus plumajes, de sus picos o incluso del color de sus ojos es tan grande que hasta la más modesta y humilde de las hembras, de apagado plumaje marrón, es digna de admiración. A continuación un simple botón de muestra, unas cuantas imágenes -en general capturadas en condiciones controladas- de un pequeño puñado de especies. Pero hay muchas más, tan espectaculares como las que aquí vemos, o más. Así que, cuando veamos un grupo de patos volando sobre un humedal, que nadie diga -va, unos patos, porque seguro que serán verdaderas maravillas emplumadas, obras de arte de la naturaleza, joyas aladas con sus mejores galas.