Vivir es un tránsito, un camino en donde todos somos nómadas. Que la travesía merezca la pena, depende de ti.
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19 de abril de 2017

Tarabilla

Al poco de salir los primeros rayos de sol, la hembra de tarabilla común (Saxicola rubicola) ya se posa cerca de mí, como anunciándome el inicio de lo que será quizás una sesión fructífera. La mañana está clara y fresca, mientras la luna permanece aún visible sobre el horizonte. La humedad de la noche se evapora en el ambiente y me obliga a abrigarme un poco. Estoy destemplado pero feliz de encontrarme aquí, rodeado de cantos y trinos, de campos verdes y pajarillos. La primavera a explotado y todo parece efervescente alrededor mío. La pareja de tarabillas me visita cada cierto tiempo, entre cogujada y cogujada. La mañana pasa entretenida y los disparos de la cámara se acumulan en la tarjeta de memoria de un modo lento e intermitente, mantenéndone de este modo entretenido y alerta. El macho en especial tiene la mala costumbre de posarse delante de mí apenas unos segundos y, además, en el posadero que yo no tengo encuadrado. Así pues, muevo lentamente el objetivo hacia su atalaya, encuadro al pequeño modelo, enfoco su ojo y ... se va volando como riéndose de mi justo cuando voy a apretar el botón del disparador.

Desde mi posición puedo ver sin ser visto. El paso de tractores lejanos, con su ronroneo cansino; el vuelo increíblemente elegante de los milanos; el veloz del cernícalo; las alertas de los conejos; los revoloteos cercanos de las collalbas rubias y grises buscando insectos por el suelo, compartiendo espacio; alguna abubilla con su reclamo hueco; urracas, grajillas y cornejas que se posan sobre la encina que me esconde; o en la lejanía la pareja de perdices que de vez en cuando proclaman sus amores a los cuatro vientos. Y verderones, y jilgueros, y gorriones, y abejarucos, ...

Estas mañanas de primavera son, sin duda, un bálsamo contra las prisas de la ciudad.






13 de agosto de 2015

Lejana primavera

Cuando las altas temperaturas de este tórrido verano hace ya muuuuchas semanas que nos dejaron los campos castellanos de colores ocres y paisajes agostados por el estrés hídrico, hago balance de mis sesiones fotográficas de primavera y tengo que reconocer que el resultado de las mismas ha sido bastante pobre y desalentador. A las imágenes de abubilla o patiamarilla que ya habéis podido contemplar en este diario, tengo que sumar pocas especies más. Y no será por no haber hecho intentos o no haber planificado la temporada por especies, lugares y/o fechas. Pero lo cierto es que cuando no se dan las circunstancias adecuadas simplemente no queda otra cosa por hacer que recapitular y aprender de la experiencia.

Y así, asumo la filosofía que nos transmite una pintada que se puede ver en un muro de mi ciudad, y que dice:

"Unas veces se gana y otras ... se aprende"

Pues eso, que la mejor primavera estar aún por llegar. Salud, compañeros.