Hoy lunes podemos ya recapitular lo que ha sido la octava edición de la FIO, la Feria Internacional de Turismo Ornitológico - Extremadura Birdwatching Fair. Con un tiempo muy desapacible -incluso frío-, pudimos ver in situ algunas novedades relacionadas con el material y el equipo, así como escuchar las siempre interesantes experiencias de algunos grandes fotógrafos que, mediante sus ponencias y fotografías, nos animan al resto de los mortales a seguir aprendiendo.
Respecto a la fauna, aunque pasamos mucho tiempo entre stands, conferencias y talleres, algo pudimos ver. Entre lo más destacable, sin duda las imperiales, que nos regalaron sus repetitivos reclamos, acrobáticos flirteos aéreos y algunas persecuciones y escaramuzas con los buitres leonados. El búho real no faltó a la cita, aunque nos lo puso difícil. Halcón peregrino (gracias a mi amigo Juanjo y su telescopio), alimoche y buitre negro completan lo más interesante de entre lo que yo pude observar. Algunos compañeros además, tuvieron la oportunidad de disfrutar de hasta tres nutrias juntas y de la cigüeña negra.
Por mi parte, os dejo dos recortes de sendas instantáneas obtenidas con unas pésimas condiciones de luz en la Portilla del Tiétar, a 400 ISO, 1/1000 sg y a f4, con el 500 mm y la EOS 7D.
Lo mejor, como no podía ser de otra manera, la buena compañía de los amigos, que consiguen que el tiempo a su lado se vuelva siempre escaso y pase volando, como los leonados. También, ¿cómo no?, como en cada edición de la feria, esperamos y disfrutamos los reencuentros con esos colegas de afición que residen en otros puntos, y que nos vamos viendo una vez al año en este mismo evento.
Ya se acabó la feria, pero no importa, en unas semanas la primavera estará exultante en Monfragüe y será el momento de regresar. Esta vez solo a disfrutar del sol, el aire y el vuelo de los pájaros. Nos vemos allí.
4 de marzo de 2013
Extremadura Birdwatching Fair
Etiquetas:
Aves,
Buitre Leonado,
Cáceres,
Extremadura,
Fauna,
Naturaleza
24 de febrero de 2013
Las venas de la tierra
El fluir del agua produce un sonido suave. El aumento de caudal, consecuencia de las últimas lluvias, cubre y encharca algunas orillas rasas en este tramo medio del río. El rápido deslizar de su corriente provoca mansas ondas, burbujeos y temerosos remolinos, mientras que las ramas que penden sobre su superficie y la rozan se mueven rítmicamente en contacto con la misma, en un ir y venir incesante. Desde sus márgenes pretendemos intuir lo que sucede en el interior del río, pero a nosotros, seres que respiramos aire, nos es imposible hacerlo.
Las riberas se encuentran flanqueadas por impenetrables marañas de vegetación, ahora deshojadas por los rigores del invierno. Una pantalla de ramas secas esconde la vida que bulle en esa broza homogénea y uniforme de sarmientos y vástagos. Una greña que nos impide el paso a su interior y nos oculta nuevamente lo que en él acontece.
Vemos desde fuera el agua. Y vemos desde fuera la maraña.
No podemos, pues, penetrar en la verdadera energía que fluye en y junto a los ríos, esas venas de la madre tierra. Somos simples espectadores de su fluir. De ese fluir que nos da la vida sin verlo.
Las riberas se encuentran flanqueadas por impenetrables marañas de vegetación, ahora deshojadas por los rigores del invierno. Una pantalla de ramas secas esconde la vida que bulle en esa broza homogénea y uniforme de sarmientos y vástagos. Una greña que nos impide el paso a su interior y nos oculta nuevamente lo que en él acontece.
Vemos desde fuera el agua. Y vemos desde fuera la maraña.
No podemos, pues, penetrar en la verdadera energía que fluye en y junto a los ríos, esas venas de la madre tierra. Somos simples espectadores de su fluir. De ese fluir que nos da la vida sin verlo.
Etiquetas:
Castilla y León,
Naturaleza,
Río Tormes,
Salamanca
23 de febrero de 2013
El invierno que se acaba
Parece que este raro invierno que ya estamos agotando no sabe aún si llegar del todo o irse definitivamente de puntillas, suave y templado. Ahora, fríos tardíos y nieve traicionera para la primavera que se barrunta.
Etiquetas:
Castilla y León,
Flora,
Macro,
Naturaleza,
Salamanca
21 de febrero de 2013
19 de febrero de 2013
Mis rincones
Paseo como otras veces por estrechas callejuelas buscando esa otra ciudad que se esconde entre desconchones mohosos.
Encuentro ancianos olvidados, gatos negros callejeros y viejos
árboles resecos.
Veo cómo las humedades se adueñan de los rincones, oscureciendo los antiguos ladrillos rojos y los viejos enfoscados de cemento.
Veo ventanas tapiadas que esconden vacías estancias tras de sí.
Y veo puertas de maderas rotas, con rendijas y resquicios que dejan escapar colores verdes de patios y corrales atestados de maleza.
Puertas condenadas con cadenas herrumbrosas.
Aunque esté en pleno casco histórico, Patrimonio de la Humanidad, aunque me encuentre a tan solo unos metros de sus concurridas calles peatonales y al lado mismo de sus edificios monumentales, a mi caminar solo le acompañan aquí el silencio y la soledad.
El vacío nos envuelve a mí y a mi deambular, como envuelve al anciano olvidado, a sus gatos negros callejeros y a unos viejos árboles resecos.
Encuentro ancianos olvidados, gatos negros callejeros y viejos
árboles resecos.
Veo cómo las humedades se adueñan de los rincones, oscureciendo los antiguos ladrillos rojos y los viejos enfoscados de cemento.
Veo ventanas tapiadas que esconden vacías estancias tras de sí.
Y veo puertas de maderas rotas, con rendijas y resquicios que dejan escapar colores verdes de patios y corrales atestados de maleza.
Puertas condenadas con cadenas herrumbrosas.
Aunque esté en pleno casco histórico, Patrimonio de la Humanidad, aunque me encuentre a tan solo unos metros de sus concurridas calles peatonales y al lado mismo de sus edificios monumentales, a mi caminar solo le acompañan aquí el silencio y la soledad.
El vacío nos envuelve a mí y a mi deambular, como envuelve al anciano olvidado, a sus gatos negros callejeros y a unos viejos árboles resecos.
Etiquetas:
Arte,
Castilla y León,
Graffiti,
Salamanca,
Urbano
Suscribirse a:
Entradas (Atom)