Vivir es un tránsito, un camino en donde todos somos nómadas. Que la travesía merezca la pena, depende de ti.

16 de agosto de 2013

La sorpresa

A veces la unión de la acción del hombre con la naturaleza te sorprende gratamente donde menos te lo esperas. Recorres paisajes homogéneos, monótonos y a veces casi monocromáticos, del color verde del bosque, o marrón del terruño seco y polvoriento, o amarillo de los tiesos rastrojos del agostadero, cuando te topas de frente con un estallido de color que te fuerza a detenerte. Inesperado. Detrás de una curva cualquiera. Una paleta de colores en el que un pintor ha esparcido el más llamativo de los tintes, el de mayor contraste con lo que le rodea o, simplemente, el color que menos te esperas.


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