Vivir es un tránsito, un camino en donde todos somos nómadas. Que la travesía merezca la pena, depende de ti.

12 de enero de 2021

Frío y nieve

Hace frío, bastante. Llevamos días escuchando que se nos echa encima una ola de frío histórica, con nieve en toda la península y un frío que pela. Es sábado y yo me acerco a la orilla del Tormes con mis botas y mi chaqueta de plumas al encuentro de los azulones (Anas platyrhynchos), que llevan sedimentados desde el otoño en un recodo del río, al abrigo de la ciudad. Los veo muchas tardes, siempre en el mismo sitio, cua cua par'rriba, cua cua pa'bajo, en una suave playa de arena, circular como una ensenada minúscula. Aveces me acerco a ellos y los observo unos minutos antes de seguir mi camino.

Pero hoy es distinto a las anteriores tardes, nieva suavemente. 

La temperatura está solo unos grados por debajo de cero y el aire está en calma, así que disfrutamos los patos y yo de una mañana perfecta de invierno. Es temprano y apenas pasan cerca un par de madrugadores paseando a sus canes, que no nos incomodan, ni a mí con mi cámara, ni a los patos con sus quehaceres. Entran y salen del agua, se tumban en la nieve, la mordisquean, parecen un rebaño paseándose por una pradera. Se está bien, yo y los patos, los patos y yo, ellos abrigados con sus plumas y yo con las mías y un buen gorro en la cabeza. ¡Cómo resistirse a la oportunidad de intentar traerme a casa alguna imagen de ellos! 

Me gustan los copos delicados en sus espaldas. Preciosas aves que, no por ser comunes, son menos bellas. Los azulones cercanos.















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