Esta noche todos los lobos de la península ibérica aúllan de tristeza, porque se ha ido una persona buena que dedicó toda su vida a la protección y conservación de la especie, y lo hizo de la única manera que él sabía y podía: en cuerpo y alma, con una enorme honestidad. Reconocido tanto en nuestro país como fuera de nuestras fronteras, alzó constantemente su voz contra la que siempre consideró (acertadamente) la peor lacra de cuantas asedian a la especie: el furtivismo. Igual que alzó su voz contra el ninguneo que algunos estudiosos hacían de este problema, y el dedo acusador contra esas administraciones hipócritas y falaces que mataban lobos mientras predicaban su conservación. Como él mismo encabezaba en su cuenta de Twiter o X siempre nadó contra corriente, nunca se resignó a doblar las rodillas y estudió desde los años de la ingenuidad la vida de los lobos en el corredor de la muerte. Así fue este gran naturalista, beligerante hasta el final con la persecución furtiva de nuestro gran depredador, y hasta 2021 también con la legal. Incansable y tenaz. No me consuela que se fuera con la satisfacción de ver a la especie por fin protegida por nuestra legislación en todo el territorio nacional gracias al trabajo enorme de esa asociación de la que él mismo fue cofundador, porque nunca dejó de ser consciente de que la lucha contra su persecución aún será muy larga, pues los malos no descansan.
Haber compartido con él algún amanecer tras los telescopios fue un privilegio; haber compartido con él conversaciones un placer; haber compartido, además, su amistad un regalo. Desde aquí todo nuestro cariño y afecto a su familia y amigos.
Y a ti, Luis, que sepas que la manada siempre te aullará.
Que descanse en paz. Un abrazo.
ResponderEliminarSe fue en paz consigo mismo y sabiendo que había ayudado a la especie todo lo que estuvo en su mano. No lo olvidaremos. Un abrazo Teresa.
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