Vivir es un tránsito, un camino en donde todos somos nómadas. Que la travesía merezca la pena, depende de ti.

30 de junio de 2024

Los lobos hoy aúllan de tristeza

Llevo semanas retrasando una nueva entrada en este blog por pura pereza. Ese maldito pecado capital dilata en el tiempo esos días vacíos en los que mis pensamientos no se traducen en negro sobre blanco, y permanecen flotando por la habitación sin quererse detener no vaya a ser que los atrape y los arroje contra un folio. Pero hoy no he podido hacer otra cosa que ponerme inevitablemente frente a esa hoja virtual en blanco y teclear, bien entrada ya la madrugada. Imposible evitar unas letras siquiera. Y es que hoy es un día triste porque hemos perdido a un referente sin parangón en la defensa del lobo en nuestro país, Luis Mariano Barrientos nos ha dejado silenciosamente, dejándonos a todos nosotros un poco huérfanos y con un nudo en el corazón. Hace tan solo unas horas, en la tarde de ayer 29 de junio, un compañero de ASCEL me remitía la triste noticia.


Esta noche todos los lobos de la península ibérica aúllan de tristeza, porque se ha ido una persona buena que dedicó toda su vida a la protección y conservación de la especie, y lo hizo de la única manera que él sabía y podía: en cuerpo y alma, con una enorme honestidad. Reconocido tanto en nuestro país como fuera de nuestras fronteras, alzó constantemente su voz contra la que siempre consideró (acertadamente) la peor lacra de cuantas asedian a la especie: el furtivismo. Igual que alzó su voz contra el ninguneo que algunos estudiosos hacían de este problema, y el dedo acusador contra esas administraciones hipócritas y falaces que mataban lobos mientras predicaban su conservación. Como él mismo encabezaba en su cuenta de Twiter o X siempre nadó contra corriente, nunca se resignó a doblar las rodillas y estudió desde los años de la ingenuidad la vida de los lobos en el corredor de la muerte. Así fue este gran naturalista, beligerante hasta el final con la persecución furtiva de nuestro gran depredador, y hasta 2021 también con la legal. Incansable y tenaz. No me consuela que se fuera con la satisfacción de ver a la especie por fin protegida por nuestra legislación en todo el territorio nacional gracias al trabajo enorme de esa asociación de la que él mismo fue cofundador, porque nunca dejó de ser consciente de que la lucha contra su persecución aún será muy larga, pues los malos no descansan.

Haber compartido con él algún amanecer tras los telescopios fue un privilegio; haber compartido con él conversaciones un placer; haber compartido, además, su amistad un regalo. Desde aquí todo nuestro cariño y afecto a su familia y amigos. 

Y a tí, Luis, que sepas que la manada siempre te aullará.

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