A veces me preguntan si es necesario o no solicitar los permisos para fotografiar dentro de un espacio natural protegido ciertas especies animales que mantienen poblaciones abundantes, que no están en peligro de extinción y que, además, se muestran enormemente confiadas ante la presencia humana, como es el caso del rebeco cantábrico (
Rupicapra pyrenaica parva), por poner un ejemplo.
Canon EOS 7D. Objetivo EF 500 mm / 4 L IS USM. Trípode Manfrotto 055 NAT y rótula Triopo DG3. Prioridad a la Apertura, f7.1 - 1/640 sg. 200 ISO
Es cierto que puede parecer un poco absurdo precisar de un permiso para fotografiar algo a lo que todo el mundo fotografía sin solicitarlo. Sin embargo, si estamos en el interior de alguno de nuestros espacios protegidos, debemos tener presente que, primero, el referido permiso es algo que exigen las normativas de uso y gestión de los mismos, nos guste o no.
Canon EOS 7D. Objetivo EF 500 mm / 4 L IS USM. Trípode Manfrotto 055 NAT y rótula Triopo DG3. Prioridad a la Apertura, f8 - 1/250 sg. 200 ISO
En segundo lugar, nos asegura la tranquilidad de poder trabajar sin ser molestados por la guardería que, en caso contrario y cumpliendo con su deber, se van a acercar hasta donde estemos (y esto, independientemente de si se espanta el rebaño o no) y nos lo va a exigir, por muy estricto que le pueda parecer al visitante.
Canon EOS 7D. Objetivo EF 500 mm / 4 L IS USM. Trípode Manfrotto 055 NAT y rótula Triopo DG3. Prioridad a la Apertura, f8 - 1/400 sg. 200 ISO
Por último, nos permite, en según qué casos, movernos legalmente por áreas que pueden estar restringidas al resto de visitantes, alejándonos de los senderos y caminos habilitados para el turismo en general. Esto representa una ventaja muy interesante en diversas oportunidades, puesto que los animales pueden llegar a estar muy separados del trasiego humano.
Canon EOS 7D. Objetivo EF 500 mm / 4 L IS USM. Trípode Manfrotto 055 NAT y rótula Triopo DG3. Prioridad a la Apertura, f8 - 1/320 sg. 200 ISO
Por lo tanto, y por muy innecesario que pueda parecer tener que pedir un permiso para fotografiar, por ejemplo, cabras monteses en el Parque Regional de la Sierra de Gredos, o rebecos en el Parque Nacional de los Picos de Europa, no podemos dejar de aconsejar al fotógrafo dedicar algo de tiempo a la burocracia y solicitar con suficiente antelación los permisos pertinentes. Incluso para especies tan confiadas y comunes como estas. Sólo así, podremos trabajar tranquilos -a veces con la inestimable ayuda de la propia guardería- y movernos por donde la especie lo requiera.
Todo ello, independientemente de que necesitar un permiso para fotografiar un animal que en ocasiones incluso se acerca a los excursionistas para pedir comida, pueda ser o no un poco absurdo.
Canon EOS 7D. Objetivo EF 500 mm / 4 L IS USM. Trípode Manfrotto 055 NAT y rótula Triopo DG3. Prioridad a la Apertura, f8 - 1/320 sg. 200 ISO