Vivir es un tránsito, un camino en donde todos somos nómadas. Que la travesía merezca la pena, depende de ti.

14 de septiembre de 2012

Santa Justa

Yo, que tengo el corazón arriba, en el monte, entre bosques y riscos, procuro bajar de cuando en cuando a la costa. Allí busco con la mirada a Alfonsina, preguntándome si encontró finalmente los poemas nuevos que buscaba, entre el rumor de las olas y el olor a sal. Mis ojos se clavan hipnotizados en el ir y venir de la espuma blanca y escucho la respiración del mar, ese ser misterioso del que lo desconozco todo y que tanto respeto me provoca. La respiración de un planeta de profundo color azul.

Canon EOS 7D. Objetivo EF 24-70 / 2.8 L USM, a 48 mm. Trípode Manfrotto 190 Pro, con rótula de bola Gitzo G1278M.
En Manual, a f/8 - 1/25 sg. 100 ISO

10 de septiembre de 2012

Rebeco (Rupicapra pyrenaica parva)

A veces me preguntan si es necesario o no solicitar los permisos para fotografiar dentro de un espacio natural protegido ciertas especies animales que mantienen poblaciones abundantes, que no están en peligro de extinción y que, además, se muestran enormemente confiadas ante la presencia humana, como es el caso del rebeco cantábrico (Rupicapra pyrenaica parva), por poner un ejemplo.




Canon EOS 7D. Objetivo EF 500 mm / 4 L IS USM. Trípode Manfrotto 055 NAT y rótula Triopo DG3. Prioridad a la Apertura, f7.1 - 1/640 sg. 200 ISO

Es cierto que puede parecer un poco absurdo precisar de un permiso para fotografiar algo a lo que todo el mundo fotografía sin solicitarlo. Sin embargo, si estamos en el interior de alguno de nuestros espacios protegidos, debemos tener presente que, primero, el referido permiso es algo que exigen las normativas de uso y gestión de los mismos, nos guste o no.


Canon EOS 7D. Objetivo EF 500 mm / 4 L IS USM. Trípode Manfrotto 055 NAT y rótula Triopo DG3. Prioridad a la Apertura, f8 - 1/250 sg. 200 ISO

En segundo lugar, nos asegura la tranquilidad de poder trabajar sin ser molestados por la guardería que, en caso contrario y cumpliendo con su deber, se van a acercar hasta donde estemos (y esto, independientemente de si se espanta el rebaño o no) y nos lo va a exigir, por muy estricto que le pueda parecer al visitante.


Canon EOS 7D. Objetivo EF 500 mm / 4 L IS USM. Trípode Manfrotto 055 NAT y rótula Triopo DG3. Prioridad a la Apertura, f8 - 1/400 sg. 200 ISO

Por último, nos permite, en según qué casos, movernos legalmente por áreas que pueden estar restringidas al resto de visitantes, alejándonos de los senderos y caminos habilitados para el turismo en general. Esto representa una ventaja muy interesante en diversas oportunidades, puesto que los animales pueden llegar a estar muy separados del trasiego humano.


Canon EOS 7D. Objetivo EF 500 mm / 4 L IS USM. Trípode Manfrotto 055 NAT y rótula Triopo DG3. Prioridad a la Apertura, f8 - 1/320 sg. 200 ISO

Por lo tanto, y por muy innecesario que pueda parecer tener que pedir un permiso para fotografiar, por ejemplo, cabras monteses en el Parque Regional de la Sierra de Gredos, o rebecos en el Parque Nacional de los Picos de Europa, no podemos dejar de aconsejar al fotógrafo dedicar algo de tiempo a la burocracia y solicitar con suficiente antelación los permisos pertinentes. Incluso para especies tan confiadas y comunes como estas. Sólo así, podremos trabajar tranquilos -a veces con la inestimable ayuda de la propia guardería- y movernos por donde la especie lo requiera.

Todo ello, independientemente de que necesitar un permiso para fotografiar un animal que en ocasiones incluso se acerca a los excursionistas para pedir comida, pueda ser o no un poco absurdo.

Canon EOS 7D. Objetivo EF 500 mm / 4 L IS USM. Trípode Manfrotto 055 NAT y rótula Triopo DG3. Prioridad a la Apertura, f8 - 1/320 sg. 200 ISO

30 de agosto de 2012

Gorges d'Holzarte

Dejamos atrás el pueblo de Larrau y aparcamos. Llueve, como no podía ser de otra manera en la vertiente norte de Los Pirineos, húmeda y exuberante. El camino, a ratos embarrado y resbaladizo, asciende entre raíces de hayas, paredes cortadas a pico y el rugir del agua bajo nuestros pasos. Las marcas del GR nos recuerdan que, aunque estamos en uno de los rincones más abruptos de la cordillera, es un lugar concurrido, señalizado, domesticado. En algo menos de una hora llegamos a la Pasarela de Holzarte. En lo alto, un halcón peregrino regatea la niebla deshilachada y reclama sin parar. Nos asomamos por el puente colgante y las paredes del cañón parecen tocarse, 180 metros bajo nuestros pies.

Canon EOS 7D. Objetivo EF 24-70 mm / 2.8 L USM. Trípode Manfrotto 190 Pro y rótula de bola Gitzo G1278M.
En Manual, a f/11 - 1,3 sg. 100 ISO

Canon EOS 7D. Objetivo EF 24-70 mm / 2.8 L USM. Trípode Manfrotto 190 Pro y rótula de bola Gitzo G1278M.
En Manual, a f/8 - 1/13 sg. 100 ISO

Canon EOS 7D. Objetivo EF 24-70 mm / 2.8 L USM. Trípode Manfrotto 190 Pro y rótula de bola Gitzo G1278M.
En Manual, a f/11 - 0,8 sg. 100 ISO


Canon EOS 7D. Objetivo EF 24-70 mm / 2.8 L USM. Trípode Manfrotto 190 Pro y rótula de bola Gitzo G1278M.
En Manual, a f/8 - 1/15 sg. 100 ISO

Canon EOS 7D. Objetivo EF 24-70 mm / 2.8 L USM. A pulso. En Manual, a f/5.6 - 1/60 sg. 400 ISO

Canon EOS 7D. Objetivo EF 24-70 mm / 2.8 L USM. Trípode Manfrotto 190 Pro y rótula de bola Gitzo G1278M.
En Manual, a f/5,6 - 1/60 sg. 100 ISO



Canon EOS 7D. Objetivo EF 24-70 mm / 2.8 L USM. Trípode Manfrotto 190 Pro y rótula de bola Gitzo G1278M.
En Manual, a f/8 - 1,3 sg. 100 ISO

27 de agosto de 2012

El mundo se mueve a mi alrededor

Veo, miro y observo mi entorno. El mundo muda de piel, se transforma, cambia de aspecto y se renueva. Busco y experimento. Indago. Persigo reflejar esa convulsión. Me muevo al tiempo que disparo. Curioseo, en definitiva. Cada disparo es una pregunta y a la vez una respuesta. Insisto hasta que una imagen me cuenta algo, hasta que reconozco en el respaldo luminoso de mi cámara el mundo que nos rodea.









21 de agosto de 2012

Buda

Quedo hipnotizado por su mirada. La contemplo durante una eternidad y pienso en todo lo que nos perdemos en nuestra próspera, moderna y desarrollada sociedad tecnológica, con sus agobios, urgencias y desesperanzas. Pienso en lo superficial de muchas de las necesidades cotidianas de esta existencia civilizada y me entristece comprobar lo sumergido que yo mismo me encuentro en su estrés y sus prisas.

Miro sus ojos y me curan. Son ojos que me transmiten serenidad y paz. Un bálsamo para mi espíritu.