Desde que naciera en Sidney como una iniciativa de WWF en 2007, la Hora del Planeta se ha convertido en el acontecimiento planetario que congrega a un mayor número de participantes. El objetivo común es concienciar a los gobiernos, a la industria y a la sociedad en general sobre la necesidad imperiosa de ahorrar los recursos energéticos de nuestro maltrecho planeta, de luchar contra el cambio climático y reducir su contaminación. A lo largo de este último sábado de marzo en diversas ciudades -hasta un número aproximado de más de siete mil, pertenecientes a ciento cincuenta y dos países, doscientas de ellas españolas- se han ido sucediendo los apagones de una hora de duración en hogares y edificios públicos. Desde Samoa hasta las Islas Cook, primero en Asia, luego en África y Europa y finalmente en América, numerosos países se han adherido a este llamamiento por la conservación del planeta.
Una hora a la luz de las velas.
Una hora para la esperanza.
Claro que necesitamos esperanza en estos días...
ResponderEliminarEl mundo va muy mal.
Pero tus fotos son muy bonitas y muy simbólicas!
El tratamiento me gusta muchísimo!
Un saludo!
Me alegro que te guste el tratamiento, siempre da miedo no hacerlo bien y/o que no transmita lo que uno desea. Las fotos están hechas experimentando en esa Hora del Planeta a la luz de las velas, en la que la familia la pasamos en penumbra y hablando, por lo que están sin preparar, mientras nos entreteníamos, el pequeño con su cámara y yo con la mía.
EliminarUn saludo.