Vivir es un tránsito, un camino en donde todos somos nómadas. Que la travesía merezca la pena, depende de ti.

2 de marzo de 2016

El espejo

La charca era ayer un espejo. A la cita acudieron diversos conocidos del vecindario, desde el minúsculo zampullín chico -al que esta vez sí le pude hacer alguna foto- a la esbelta garceta grande. La tarde tranquila, sosegada, incluso con buena temperatura, fue testigo de los quehaceres cotidianos de los residentes de aquel escondido rincón. Azulones, cercetas, mosquiteros, bisbitas, molineros y algún palustre, entre otros muchos vecinos, me proporcionaron durante bastantes horas entretenimiento con sus idas y venidas; picoteando, comiendo, descansando, reclamando,... El ganado vacuno aún no entra en esta parcela por lo que la hierba crece tierna con un verde intenso. El lejano ronroneo de algún tractor envuelve de cuando en cuando la tarde serena. Y de entre los recuerdos que me traigo para casa cuando declina el sol me quedo con esta imagen sin recorte, del grandullón del barrio (al lado de zampullines y cercetas, es fácil ser grande) navegando sobre el espejo bruñido de aquel remanso apartado, en una escena sutil, liviana, casi etérea, que realza sin contemplaciones la belleza elegante de esta especie, el ánade real o ánade azulón (Anas platyrhinchos), tantas veces desdeñada por su abundancia.


4 comentarios:

  1. Hola Jesús,
    Gracias por tu visita en mi blog :)
    Que bonita foto de este ánade real macho con el reflejo casi perfecto!
    Si son comunes, son con todo magníficos.
    Un abrazo de Francia

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    1. Sigo con mucho interés todas tus entradas en tu blog, pero no me te las comento más a menudo por la falta de tiempo. Muchas veces el día debería tener bastantes más horas.

      Un abrazo desde España y sigue haciéndonos disfrutar a todos con tus magníficas fotografías.

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  2. Bonita imagen.
    Los azulones son muy fotogénicos. Los detalles de su plumaje dan para muchos buenos ratos. Además podemos tener la suerte de encontrar algunos muy confiados, cosa que no suele pasar con otras anátidas.

    Saludos desde el norte.

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    1. Es cierto todo lo que dices, su cabeza irisada y sus plumillas acaracoladas cerca de la cola no tienen parangón. Si fuera un ave en peligro de extinción, con un número muy bajo de ejemplares, todo el mundo hablaría de su elegancia y belleza, sin lugar a dudas.

      Un saludo desde estas tierras charras.

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