Vivir es un tránsito, un camino en donde todos somos nómadas. Que la travesía merezca la pena, depende de ti.

25 de abril de 2016

Primavera

Pasa desapercibida para esos paseantes que recorren páramos y eriales en sus ratos de asueto, allá por los alrededores de sus pueblos en gran parte de la geografía peninsular. Cotidiana y discreta, en la cogujada montesina (Galerida theklae) pocos reparan a pesar de su cercanía. Sin embargo, sus cantos alegran escandalosamente nuestras primaveras de forma casi machacona e incansable, unas veces cerniéndose sobre nuestras cabezas y otras sobre un posadero prominente -a menudo sobre un arbusto, lo que rara vez hace su pariente próxima, la cogujada común, de la que a veces resulta complicado de distinguir-. Andarina incansable, ya sabéis que me trae viejos recuerdos y que se deja querer, aunque esta vez los encuadres demasiado apretados me obligarán a volver. ¡Qué sacrificio compartir con estos familiares aláudidos primaveras, cantos estridentes, colores verdes y atardeceres lentos!




2 comentarios:

  1. buena serie,unas fotos estupendas.un saludo

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  2. Gracias por comentar. Me alegra que te hayan gustado. Lo cierto es que se portó bien la cogujada aquella tarde.

    Un saludo.

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