Vivir es un tránsito, un camino en donde todos somos nómadas. Que la travesía merezca la pena, depende de ti.

2 de septiembre de 2016

Reserva Natural de Fowlsheugh

Continuando nuestro safari fotográfico por tierras del Reino Unido, cruzamos la frontera escocesa y nos dirigimos hacia el Norte bordeando la costa. De camino a los acantilados de Fowlsheugh visitamos otros lugares también muy interesantes desde el punto de vista faunístico y paisajístico, pero que no presentaban condiciones adecuadas para la fotografía de fauna, como por ejemplo los acantilados de St. Abb's Head, al poco de entrar en tierras escocesas. Sea como fuere, el siguiente enclave digno de visitar con nuestros teleobjetivos fue la reserva de la que hablamos aquí, maravillosa, solitaria y llena también de motivos que plasmar en los sensores de nuestras cámaras.


Estuvimos fotografiando en esta extraordinaria colonia los días cinco y seis de julio, pero llegar a Fowlsheugh no nos resultó sencillo a nosotros porque la reserva no se encontraba señalizada y no llevábamos estudiado desde España cuál era su acceso. Sabíamos, no obstante, que estaba al Sur de la ciudad de Stonehaven, en las cercanías del muy turístico castillo de Dunnottar, ubicado sobre acantilados marinos. Allí mismo preguntamos y no nos supieron responder. ¡No conocían la reserva a pesar de no estar a más de tres o cuatro kilómetros de distancia! Sin embargo, desde el mismo Dunnottar Castle, la colonia de aves marinas que se agolpaba en las paredes abarcaba varios kilómetros de costa hacia el Sur. Por fin, de entre el maremagnum de información que portábamos desde casa, dimos con una escueta nota que nos derivaba a Crawton como la última población previa a este espacio natural. Nos dirigimos a ella con grandes dudas, pues se nos antojaba extraño que no hubiera ningún cartel o señalización informativa, ninguna indicación del camino a tomar. De hecho, estábamos retrocediendo por la misma carretera que habíamos usado para llegar al castillo. Nos desviamos hacia Crawton y seguimos una señalización de "carretera cortada" sin pensarlo, hasta que ... ¡voilà! habíamos llegado al minúsculo aparcamiento de la Reserva Natural de Fowlsheugh.



Muere la citada carreterita unos metros antes del mismo pueblo de Crawton, que está constituido por cinco casas dispersas entre los acantilados y las tierras de cultivo. Junto al cartel que nos indica que hemos dado con el lugar, el pequeño parking y otro apartadero previo aptos para una docena de vehículos es todo lo que nos encontraremos allí. No hay nada más. No hay centro de recepción de visitantes, no hay servicios turísticos, ni voluntarios explicando nada a los ornitólogos que hasta allí se acerquen. No hay turismo. ¡Genial! ¡Estamos solos!

La reserva está gestionada por la RSPB (Royal Society for the Protection of Birds) y en ella anidan cada año unas ciento treinta mil aves marinas, principalmente alcas, araos, fulmares  y gaviotas tridáctilas, aunque también algunos frailecillos y otras aves como argénteas, grajillas, etc. A lo largo de un kilómetro y medio un buen sendero nos permite caminar por el borde de los farallones rocosos hasta el extremo Norte de la reserva, en donde se ha construido un observatorio con todas las comodidades. No obstante, no debemos olvidar que la enorme colonia nidificante se alarga mucho más allá de los reducidos límites del propio espacio natural protegido. Junto al pueblo es posible bajar hasta el mar, pues los desniveles rocosos se moderan momentáneamente.











Es cierto que en este lugar no vamos a ver a los grandes y espectaculares alcatraces, y que si vemos frailecillos no va a ser ni en grandes cantidades ni fáciles de fotografiar -de hecho, nosotros no llegamos a verlos, si quiera-, pero el lugar no puede ser más interesante. Nuevamente y al igual que en Bempton Cliffs, poder presenciar el atardecer y el amanecer rodeado de la bulliciosa colonia ya representa un verdadero atractivo. Si además tienes la oportunidad de viajar en caravana o furgoneta y así dormir en el mismo aparcamiento -ya que no hay indicación de prohibición, al respecto- la sensación de comprender el lugar se acrecienta aún más. Compartir con los pájaros el declinar del sol o el comienzo de un nuevo día constituye un verdadero privilegio.

De nuevo el olor a gallinaza y el continuo griterío de las aves envuelve la atmósfera. Nos reencontramos con los ya cotidianos araos comunes (Uria aalge), como siempre apretujados en las cornisas.




En la foto superior se pueden ver dos araos "embridados", con sendas líneas blancas que bordean los ojos y arrancan hacia la nuca. Es una variedad claramente minoritaria, pero más común cuanto más al Norte de su área de distribución.

Junto a los araos comunes volveremos a ver, como no podía ser de otra forma, a las alcas (Alca torda), a las que observaremos muy a menudo emparejadas y haciéndose carantoñas y mimos en algún posadero.




Si en los lugares visitados con anterioridad la suerte con los fulmares (Fulmarus glacialis) a la hora de fotografiarlos se nos mostró esquiva, aquí nos desquitamos a placer haciendo tomas de los ejemplares en sus nidos o en las repisas donde descansaban a distancias relativamente cortas. Al igual que los álcidos, los fulmares tienen por costumbre apoyarse sobre los tarsos en vez de permanecer de pie sobre sus dedos palmeados, por lo que no resulta fácil fotografiarlas "de cuerpo entero".





En cuanto a las gaviotas, dos son las especies más habituales en Fowlsheugh. Por un lado y en un número de ejemplares claramente inferior, la gaviota argéntea (Larus argentatus), siempre atenta a todo lo que la rodea susceptible de ser alimento ...



... y la ya habitual para nosotros gaviota tridáctila (Rissa tridactyla), ocupando pequeñas repisas donde podemos observar a sus polluelos.





NOTA: Como he venido haciendo en las anteriores entradas y como iré explicando también en las siguientes, todas estas imágenes están editadas con el formato de la cámara, sin recorte ni reencuadre alguno, con un teleobjetivo de quinientos milímetros, ocasionalmente con un teleconvertidor de 1,4 aumentos, montado sobre un cuerpo de cámara con factor de multiplicación de 1,6 aumentos. Obviamente, todas las fotos de aves están realizadas en la propia reserva de Fowlsheugh. Espero que así, con esta información añadida, el lector sea capaz de conocer las posibilidades fotográficas del lugar antes incluso de venir.

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