Vivir es un tránsito, un camino en donde todos somos nómadas. Que la travesía merezca la pena, depende de ti.

21 de agosto de 2015

Inspiración

Que el arte urbano me inspira lo sabéis todos los que visitáis este Cuaderno de un Nómada. Con la costumbre que da la cotidianidad, sus páginas se nutren sistemáticamente de fotos de naturaleza y viajes, pero también, y cómo no, de pintadas y murales que invaden mi ciudad. Centenares de ellas se archivan en mi ordenador en varias carpetas a la espera de que un impulso interno me obligue a aflorarlas. Historias que tengo la necesidad de contar, o relatos que tienen la imperiosa urgencia de que alguien los narre. Yo, sumiso, les obedezco y los transmito a través de este espacio virtual. A veces -a menudo- unos ojos me esperan durante días o semanas desde el enfoscado de una pared a que un buen día me decida a tomar la cámara, cargar con ella y acercarme al lugar donde reposan y me reclaman, y los fotografío, guardando su mirada para siempre, para que ya el tiempo no haga mella en ella. Y lo siento, me da vergüenza reconocerlo pero a veces son en realidad meses de espera, en ocasiones puntuales incluso años -ellas me esperan allí, fieles, pacientes sabedoras de que no faltaré a la cita antes o después-. Las miradas de Caín Ferreras han aparecido varias veces en este blog, lo mismo que las del colectivo Alto Contraste, Jorge Nego y las de muchos otros artistas, urbanos los unos, callejeros los otros. Como ejemplo, yo os recomendaría que no os perdáis un parsimonioso recorrido por la galería urbana que es en realidad el barrio del Oeste, en Salamanca. A menudo, la pintada te inspira una imagen, frontal, limpia y directa: un muro bidimensional no da para muchos excesos fotográficos, generalmente. Pero hay ocasiones excepcionales en las que una obra se sale del muro donde la crearon. Y te inspira diferentes lecturas, variados puntos de vista; distintas historias, en definitiva. Esas las disfruto, las saboreo una y otra vez, y lo hago no solo con la propia observación, reconociendo el valor mismo del grafiti como la obra artística que es, sino también con la cámara fotográfica, explorando las posibilidades plásticas de la pintura y su contexto. No sé a vosotros, pero a mí cualquiera de las siguientes opciones me transmite algo diferente, aunque si me tengo que quedar con algo es, cómo no, con la expresión de su mirada.







17 de agosto de 2015

Bellezón

Lo veo aparecer por la ventanuca izquierda de mi hide. Baja por una gran piedra de granito y de un ágil salto aterriza en el mullido prado de montaña mientras el murmullo del arroyo que regatea piedras y pozas nos acompaña durante esta mañana soleada en la sierra bejarana. Él desaparece por entre las sombras de los socavones y huecos existentes entre los bolos de granito y los prados fruto de la escorrentía del agua, apareciendo repentinamente delante nuestro cuando ya lo dábamos por desaparecido del todo, un buen rato más tarde. El precioso y macizo macho de lagarto nos anima la mañana mientras esperamos pacientemente la llegada de un pechiazul, que finalmente no tendrá a bien hacer acto de presencia. Para compensar, el reptil toma su baño de sol largamente a escasos metros de distancia, permitiéndonos disfrutar de su hermosura. El lagarto verdinegro (Lacerta schreiberi) es un reptil de mediano tamaño, que raramente alcanza los 40 cm de longitud, de los que la cola suele suponer el doble o casi el doble de la longitud del cuerpo. Probablemente sea el reptil de colores más llamativos de la Península Ibérica, aunque en este caso nos estemos refiriendo únicamente a los machos durante el período de celo, cuando el color amarillo de su cuerpo contrasta con el intenso tono azul que adquiere en ese periodo su cabeza. Sin lugar a dudas un bellezón entre nuestros, generalmente modestos, reptiles ibéricos.


13 de agosto de 2015

Lejana primavera

Cuando las altas temperaturas de este tórrido verano hace ya muuuuchas semanas que nos dejaron los campos castellanos de colores ocres y paisajes agostados por el estrés hídrico, hago balance de mis sesiones fotográficas de primavera y tengo que reconocer que el resultado de las mismas ha sido bastante pobre y desalentador. A las imágenes de abubilla o patiamarilla que ya habéis podido contemplar en este diario, tengo que sumar pocas especies más. Y no será por no haber hecho intentos o no haber planificado la temporada por especies, lugares y/o fechas. Pero lo cierto es que cuando no se dan las circunstancias adecuadas simplemente no queda otra cosa por hacer que recapitular y aprender de la experiencia.

Y así, asumo la filosofía que nos transmite una pintada que se puede ver en un muro de mi ciudad, y que dice:

"Unas veces se gana y otras ... se aprende"

Pues eso, que la mejor primavera estar aún por llegar. Salud, compañeros.






9 de agosto de 2015

Telarañas

Son tiempos tristes, llenos de telarañas. Lo son cada verano, pero este especialmente, con varios graves incendios que están asolando nuestros campos y nuestras sierras, entre los que a mi me duele muy especialmente el de mi querida sierra de Gata. Pero si por algo son tiempos malos para la conservación de nuestros bosques es, sobre todo, por la puesta en vigor hace escasas semanas de la nueva Ley de Montes que el rodillo del PP ha aprobado y que, de facto, ha dejado literalmente desprotegido más del 50% del territorio nacional frente a la especulación urbanística, ya que a partir de su aprobación todos los suelos forestales se podrán recalificar como "urbanizables" una vez hayan sido incendiados. Esta es solo una de las "perlas" que nos deja esta Ley, duramente criticada desde el principio por los propios colectivos de profesionales que trabajan en la protección y gestión de nuestros montes y que ven limitadas, por ejemplo, sus capacidades de denunciar delitos ambientales, obstaculizando la esencia misma de su labor como garantes de la protección de nuestra naturaleza frente a las agresiones medioambientales. Pero si estos dos cambios respecto de la Ley anterior no fueran ya suficientemente graves, en la recientemente aprobada se contempla, además, la eliminación de la necesidad de contar con planes de gestión de montes privados o públicos que no estén catalogados, lo que abre las puertas a los intereses privados sobre los de interés general de la sociedad, y los especulativos sobre los medioambientales.



Nuestros montes se incendian y algunos se frotan las manos. Los demás lloramos.

5 de agosto de 2015

El hueco que dejas en mi almohada




Se tamiza la luz de la mañana por entre las rendijas de las lamas de mi persiana, invadiendo mansamente los recovecos de un dormitorio mudo y ocioso. Termina así una noche más. Termino así otra vigilia más.

Se desvanecen las sombras y la penumbra de nuevo, y la claridad me alcanza insomne y sola, derrotada en la cama, abrazada al hueco que dejaste en mi almohada, aferrada al recuerdo de los caminos sinuosos que dibujaron las yemas de tus dedos, al de tu respiración en mi espalda, al de tu olor en mi cama.

Me invade amarga tu ausencia, que a dentelladas crueles me muerde el sueño y me desvela. Y abrazada a tu recuerdo, vacía y aturdida, veo la luz tamizada de otra mañana por entre las rendijas de las lamas de mi persiana.