Cierro los ojos y duermo. Floto en un mundo onírico, de sombras y luces, de brillos y colores. En un sueño de belleza indescriptible que se desvanece si despierto. Y no quiero volver a la realidad. Anhelo quedarme en este juego de reflejos. Prolongar el sueño. Me aferro a la quimera y al delirio, y duermo, aquí, en mi mundo paralelo, al otro lado del espejo.
¡Impresionante! Vaya maravilla de fotografía. Enhorabuena y un saludo.
ResponderEliminarGracias José. Simple naturaleza vista con otros ojos. Una maravilla, sí, pero no la foto, sino la flor.
ResponderEliminarUn abrazo