Vivir es un tránsito, un camino en donde todos somos nómadas. Que la travesía merezca la pena, depende de ti.

28 de junio de 2014

Pintura de guerra

Su mirada se nos clava como un puñal y nos observa cuando pasamos a su lado, como si fuéramos sombras negras, indiferentes, sumergidos en nuestros pensamientos y en nuestros propios mundos. Permanece quieta, inmóvil, observando a una sociedad construida demasiadas veces con violencia. La violencia ejercida sobre los más débiles y consentida tantas veces por el conjunto de esa comunidad que mira para otro lado y que piensa que lo que ocurre de puertas para adentro no es asunto suyo. Violencia silenciosa, oculta, desapercibida para el que no quiere ver. Hay que ponerse pintura de guerra y declarar la intolerancia total, rotunda, absoluta, al abuso y a la violencia física y sicológica sobre los más vulnerables. Tolerancia cero también con la indiferencia y la indolencia de esa sociedad que mira para otro lado.



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