Vivir es un tránsito, un camino en donde todos somos nómadas. Que la travesía merezca la pena, depende de ti.

31 de agosto de 2021

Savia nueva

Como cada primavera y verano muchos de nuestros protagonistas se muestran ante nuestros objetivos con la inocencia de su corta edad. Pajarillos desaliñados con plumajes que dejan entrever aún los restos de sus plumones infantiles, de colores generalmente más apagados y discretos que los de los adultos. Plumajes que les han servido para pasar desapercibidos en sus nidos ante las posibles miradas golosonas de quienes se alimentan de ellos.

Como ya observábamos en la librea de algunos de los rabilargos fotografiados hace unas semanas y que os presentábamos en otra entrada de este blog, estos herrerillos comunes (Cyanistes caeruleus), hermanos de una misma nidada probablemente, presentan también plumajes menos llamativos que los de sus progenitores, con colores amarillo y añil menos intensos, con sus cabecitas aún muy grises, en algunos casos ya punteadas con plumas de color azul, a veces incluso con restos del plumón que los mantuvo calientes en el interior del nido, y con sus caritas tiernas cubiertas de pequeñas plumas menos blancas que las definitivas de un adulto, como si tuvieran la cara sucia, sin lavar. Pequeños traviesos que revolotean inquietos como jugando con nuestro objetivo, como si nos estuvieran diciendo:

- A ver si me pillas.

Preciosos, equilibristas entrañables y cercanos herrerillos que pueblan, no solo bosques y sotos, sino también parques y jardines. Simpáticas bellezas en miniatura.





Como de costumbre en este blog, fotogramas completos, sin recortes ni re-encuadres. Hay que estar cerquita de verdad para jugar al "pilla pilla" con estas miniaturas emplumadas.

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