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18 de diciembre de 2024

Escupir mierda

Como verbo transitivo, "escupir" significa arrojar de la boca algo como escupiendo, eso es al menos la definición que encontramos en el Diccionario de la Lengua Española de la RAE. Pues bien podríamos decir, entonces, que los medios de comunicación en España siguen escupiendo la misma mierda asquerosa que llevamos oyendo sobre el lobo desde que tenemos uso de razón, profetizando una hecatombe en el medio rural que nunca acaba por llegar (¡Oh, casualidad!). Escupir mierda es algo cotidiano en esta prensa basura, esto es así, no es una opinión personal, sino un hecho demostrable si echamos un vistazo a la hemeroteca. De hecho en este blog ya hemos hablado otras veces de la responsabilidad tan grande que tiene la mass-media en agrandar el conflicto que tiene el hombre actual con el lobo.

Para entender ese ataque continuo al depredador, esas hipérboles fantasiosas que hablan de la extinción de la ganadería, día sí y día también, y ese cansino y falaz mantra de que es necesario controlar su población, es suficiente comprender que muchos de esos medios de comunicación son de ideología conservadora, y que tampoco son pocos los que tienen una importante dependencia de la financiación institucional, y ya sabéis el dicho aquel de que no se muerde la mano que te da de comer, o aquel otro que dice que el que a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija. Si sumas interés económico y afinidad ideológica el resultado es un cóctel tendencioso y manipulador que refleja una realidad paralela que nada tiene que ver con la científica y ecológica del cánido, pero que acaba provocando un serio problema social donde no debería haberlo. El lobo se convirtió así en un poderoso ariete político hace ya demasiados años con la ayuda imprescindible de muchos medios de comunicación afines e interesados. Es un animal real, de carne y hueso, cierto, pero también es un arma arrojadiza para lanzar contra el ideario contrario, con ella se manipula y se consiguen réditos electorales, y no debemos olvidarnos de esa realidad para entender el fondo del problema. Y es que la derecha parece tener serias dificultades para postularse por la preservación del planeta, y obtiene más beneficios electorales enfrentándose directamente a la conservación de la biodiversidad.

Así, la prensa basura que impera en este país, tanto de ámbito nacional, como regional o local, no entrevista a ambientalistas o biólogos convencidos de la necesidad de conservar una especie clave en el ecosistema, como es el lobo ibérico. No, señores, no seamos ingenuos. Casi exclusivamente aparecerán opiniones que solo irán en una dirección: el lobo se va a comer a Caperucita, a la abuela y al cazador, con escopeta y todo. El lobo extinguirá el modo de vida de la gente del campo y, si me apuras, ya solo le falta comerse las cosechas para fastidiar; pero tranquilos, que todo se andará.

Ironías aparte, ¿por qué vuelvo a criticar de nuevo la prensa basura si ya estamos acostumbrados a leer toda su bazofia?, bueno, pues es que la indignación es libre y cuando, además de toda la mugre que se lee y se oye contra el lobo, resulta que estos medios intentan camuflarlo como opiniones fundadas en el conocimiento profundo de la especie, entonces uno no se puede callar; y es que soy débil, lo reconozco. El caso es que hace unos días en el periódico on-line Salamancartvaldía.es se publicaba una pseudo-entrevista -en la que no aparecía ninguna pregunta pero sí una serie de opiniones cargadas de prejuicios y odio contra la conservación del lobo- de un supuesto "experto" conocedor de la especie; tan experto, tan experto que, preguntado por él en el ámbito lobero, nadie conocía. 


Mal empezamos, cuando en la entrevista presentan a un tal Isidro Borrego como "... uno de los mayores expertos sobre los lobos a nivel nacional, ..." y resulta ser un completo desconocido por los loberos de verdad, sí, los de verdad, aquellos que luchan por su conservación y están empapados de todos los estudios internacionales que se publican en el ámbito científico y divulgativo. Pues sí, eso era lo que rezaba bajo la foto de un señor al que no conocía nadie con anterioridad, posando tras la piel de lo que un día fue un precioso lobo extendida sobre la mesa de una sala luminosa, donde diversos carteles científicos adornan las paredes, dando al sujeto y a sus opiniones personales un aire de pseudo-ciencia, en lo que solo puede ser entendido como un claro ejemplo de adulteración periodística, tan, tan, tan obvio que no puede ser considerado ni "de primero de carrera de Manipulación". El título de la entrevista ya nos confirma por dónde van los tiros de la opinión del sujeto y de la línea editorial del tabloide (y nunca mejor dicho lo de "los tiros"):

El problema del lobo, desde dentro: "Lo que hay que hacer es detraer lobos del medio, punto y pelota. No hay otra solución"


Mira por dónde que el otro día me quejaba de que siempre usaban el eufemismo de "extracción" para hablar de muerte y aniquilación de lobos y este ser ha añadido otro nuevo, "detraer", para referirse a matarlos. Sí que es bueno este "experto", sí.

Pero vayamos al meollo, ¿quién es este señor experto en lobos al que no conoce ningún lobero? Enseguida nos podemos imaginar de qué pie cojea si leemos lo que dice en la pseudo-entrevista. En su primera frase ya leemos: "..., pero parece que esto en España no afecta porque al Gobierno Central y al Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico no les da la gana rectificar una postura absolutamente sectaria y unilateral", y en su tercera locución añade que "Si estos sectarios de la izquierda radical que nos dirigen dicen que no se caza el lobo, no se va a cazar el lobo". Vale, estas dos frases ya son suficientes para saber bastante respecto de quién es este sujeto y por qué argumenta que hay que matar lobos y "punto y pelota", pero buceando un poquito más en la red de redes, enseguida nos mostrará él mismo una imagen de perfil en el Valle de Cuelgamuros o que sigue en alguna red social a numerosos toreros y personajes del mundo taurino, lo que nos hace dudar mucho de su objetividad para tratar cuestiones ambientales que tengan que ver con el lobo. Vamos, que el sufrimiento animal creo que a él no le afecta demasiado.


¿Y cómo le va a afectar si resulta que es cazador? Isidro Borrego tiene publicados cuatro libros sobre caza: en la reseña del libro titulado "Rebecos, cantiles y recuerdos" (2013) podemos leer que "... y valoración del trofeo, y en los siguientes capítulos nos habla de sus lances, ...", en el que lleva el título de "A solas con el lobo, cuarenta años de historias loberas" (2021) podemos leer en las reseñas que "Es el único libro en España que trata sobre la caza del lobo en nuestro país en los últimos 40 años", en "A vueltas con los lobos, Continuación de cuarenta años de historias loberas" (2022) reseñan "... sobre la caza del lobo en España, se recogen anécdotas e historias que nos acompañan desde la antigüedad", y finalmente en "Prisioneros del vértigo" (2023) indican que "Aquí, la caza se aborda como un acto profundamente íntimo, reflejando la pasión de un cazador solitario que encuentra su verdadera conexión con la caza en los vastos espacios naturales".

Creo que queda bien retratado este señor, al que le han puesto una etiqueta de experto que ni en broma se merece, y que, como cazador de lobos que era, no es objetivo para hablar de la especie. Se vuelve, pues, completamente innecesario valorar el resto de cosas que un sujeto así pueda decir, por lo que no voy a perder el tiempo en ello. Y para información de los lectores del periódico habría estado muy bien que SalamancaRTValdia.es lo hubiera presentado como lo que es, un cazador consumado, que tiene en matar animales su gran pasión. Ahora ya podemos entender que de lo que realmente sabe, en lo que realmente es experto este señor, es en MATAR LOBOS, que no es lo mismo que saber de ellos, ¿verdad que no? Habría estado genial de la muerte que en el periódico hubieran utilizado una imagen de este matador con alguno de los numerosos lobos a los que ha acribillado en el transcurso de sus muchos años de matanzas y con los que posa tan orgulloso en redes sociales junto a su escopeta. Y hubiera estado genial porque así no hubiéramos tenido que calificar al medio de manipulador, al mostrar al "expertísimo" en la faceta en la que realmente es bueno, que es en la de matar animales por diversión. Así, al lector se le hubiera tratado con el respeto, seriedad y profesionalidad que se merece, dándole la oportunidad de valorar por sí mismo lo que este señor haya podido opinar (que no informar). 


Sin embargo, de esta forma lo que hemos hecho ha sido aprender dos cosas nuevas: la primera, que este sujeto, al que califican malintencionadamente de experto, lo que realmente está es cabreado porque esos radicales sectarios de izquierdas no le permiten seguir tiroteando lobos, que es lo que a él realmente le gusta; y segundo, que este periódico no es un medio de fiar y no va con la verdad por delante, tergiversándola para seguir vertiendo sobre el lobo y su conservación más basura tendenciosa.

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