Vivir es un tránsito, un camino en donde todos somos nómadas. Que la travesía merezca la pena, depende de ti.

25 de enero de 2024

Atardeciendo

19:02 - 10/enero/2024
Son exactamente las siete de la tarde y dos minutos, y comienza el final de la jornada para nosotros, el principio del fin de un día más, que ha sido largo y, como siempre, entretenido. Pero no solo para nosotros, para otros muchos bichos también se acerca la conclusión de este impasse diurno. Por el contrario, en estos mismos momentos habrá quienes se estén desperezando para iniciar su jornada nocturna.

Abandono por unos minutos la búsqueda de fauna y el mismo 500 mm con el que espero fotografiarla me permite centrarme en la parte del paisaje que más interés tiene, en el más sugestivo. Me abstraigo de todo lo demás, que ahora mismo me sobra. Una nube lenticular asoma bajo un oscurísimo nubarrón, desplazándose de derecha a izquierda y componiendo para mí esta fotografía. Sin apenas edición, la foto está prácticamente tal cual la captó el sensor. Maravilloso atardecer, sin duda. Promete.


19:05 - 10/enero/2024
Desaparecen las esbeltas nubes lenticulares del cielo y ahora comienzan a arrebujarse nubes llenas de flecos, vaporosas e inquietas, apenas tres minutos más tarde. Como si de una respiración se tratara, el atardecer se relaja en una suave y prolongada expiración antes de coger de nuevo fuerza y llenar los pulmones hasta el último resquicio. Pareciera estar cogiendo aire para la traca final del espectáculo que nos regalará este día.


19:14 - 10/enero/2024
Espectáculo que muta por momentos y que va cambiando ostensiblemente hasta no parecer la misma tarde que la que nos mostraba la primera instantánea, habiendo transcurrido tan solo un intervalo de doce minutos desde entonces. Tras abandonar por unos momentos el espionaje con los prismáticos de la fauna del lugar en busca de tímidos cuadrúpedos, continúo centrado en los paisajes más lejanos a nosotros, dramatizándolos gracias a la larga focal utilizada. El final del día se va volviendo más y más seductor por momentos. Barro con la lente el horizonte, despacio, de un lado a otro, y en el regreso me detengo en el mismo grupo de encinas de la primera fotografía y en la misma alambrada que cercena el trasiego de los mamíferos de mayor porte. Compongo con ellas una vez más, y aprovecho la suave -y para mí, atractiva- pendiente de la ladera que concede algo de dinamismo a la composición.



19:21 - 10/enero/2024
Se suman otros ocho minutos más desde la imagen previa. Seguimos en el mismo lugar observando cómo el crepúsculo va cobrando más y más fuerza e intensidad. Sin llevar otras lentes (un chapuzas, vamos, ¡a quién se le ocurre!), no puedo buscar un encuadre más abierto que el que me proporciona este teleobjetivo, y me tengo que adaptar a su reducido ángulo de visión; con él busco detalles entre las nubes. Finalmente me ha podido la intensidad del color y el contraste con las nubes oscuras y el cielo pálido. Parece mentira que minuto a minuto la tarde se transforme de esta forma tan radical.

19:24 - 10/enero/2024
Pues tan solo otros tres minutos después, y girando ligeramente la dirección de la cámara, me encuentro con esta brutal exhibición que al sensor le cuesta plasmar sin atascarse con el color. El contraste con las áreas oscuras de las nubes es demasiado grande y lo aprovecho haciendo diversas versiones del mismo grupo de nubes. Es literalmente imposible que la plasticidad de este cielo no nos tenga abstraídos en tanto dure este ocaso in crescendo, aunque instintivamente mi cerebro de fotógrafo echa de menos una silueta en el horizonte mucho más sugerente: árboles grandes y separados, una ermita, un picacho, la silueta de una ciervo, un algo que tuviera un cierto poder de atracción; un centro de atención que compensara el peso de ese cielo incendiado. Aún así ... ¿cómo no estar ocupado con semejante lienzo delante?


19:25 - 10/enero/2024
Simplemente un minuto más tarde de la estampa anterior, el sensor guarda para siempre esta otra escena, tan diferente como bella. Basta con desplazar ligeramente un poco la dirección de la toma para cambiar radicalmente de sensaciones, y si la anterior me provocaba un sentimiento de desazón y tragedia, de drama y hostilidad, de una naturaleza dura y áspera, la siguiente, por el contrario, me evoca serenidad y calma, la calma que inexorablemente siempre sigue después de la tempestad. Ahora sí que sí, la silueta de un mamífero en ese hueco en el horizonte hubiera sido la guinda de un pastel que se iba acabando ya. 



19:30 - 10/enero/2024
El ocaso toca a su fin y la toma que sigue servirá para dar cerrojazo a aquel atardecer que nos proporcionó el regalo de una tarde memorable. Las fotografías siempre serán, como siempre, lo de menos, aunque nos sirvan después para rememorar las sensaciones vividas y los sentimientos provocados. Esas emociones que solo la sensibilidad humana nos puede ayudar a percibir en nuestro interior, aunque sean fruto de la belleza de ese maravilloso mundo que nos rodea. ¡Cuán alejado está el ser humano de esa naturaleza de la que, sin embargo, formamos parte! Naturaleza prostituida por el utilitarismo que hacemos de ella, naturaleza degradada por el egoísmo de algunos y, por supuesto, naturaleza olvidada por la insensibilidad de muchos. Así, esa misma valla cinegética que aparece en estas fotos nos baja a la cruda realidad del día a día. Una valla de muerte en medio de esta belleza superior. Una valla mimetizada ya en nuestro subconsciente, como si formara realmente parte de esa naturaleza tan hermosa. Una alambrada cinegética fea y horrible por lo que provoca, formando parte de nuestros campos, como lo forman los árboles y las rocas. Una alambrada sencillamente asquerosa bajo el atardecer más hermoso que se pueda desear.

La cara y la cruz de nuestro mundo actual, bajo un magnífico atardecer.


4 comentarios:

  1. Precioso atardecer de invierno. La paleta de colores y las diferentes tonalidades que se crean en cuestión de minutos es espectacular. Dichoso tú que estuviste allí y gracias por compartirlo

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    1. Gracias por tu comentario, amigo anónimo, me alegro que te gusten las fotos con las que intenté captar la belleza y las emociones de aquel rato, lo que, por otra parte, creo que será siempre imposible. Un saludo.

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  2. Una preciosidad de fotos y de relato. Un saludo.

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