Recuerdos de las lluvias de un invierno extraño. El esplendor de las tierras manchegas anegadas como hacía muchos años que no se veía. El rejuvenecimiento de un parque que hacía muy poco tiempo veíamos agonizar de muerte. Chubascos diarios, intensos, insistentes, obcecados en descorazonar a los excursionistas. Y más nubarrones en el horizonte, tormentas repentinas, chaparrones con más agua, mucha más agua.
Hola Jesus.. Bonitas imágenes de las Tablas.. Da gusto verlas así.. Un saludo..
ResponderEliminarVerdaderamente, es una maravilla de lugar cuando se puede disfrutar con agua hasta arriba. A ver si no volvemos a ver aquellas lamentables imágenes en los medios de comunicación.
EliminarUn abrazo
Hasta las trancas de agua!
ResponderEliminarEn el observatorio pueden que estén criando una pareja de búhos pescadores!
Te he enlazado en mi blog que no sé por qué no te tenía.
Un saludo
Hola Goyo. Lo cierto es que había varios observatorios a los que no se podía llegar y algún otro que tenía agua en algunas partes de su interior, por lo demás no había mucha fauna, o estaba muy repartida. supongo que es la herencia de tantos años en los que el humedal fue perdiendo entidad. esperemos que a partir de ahora valla recuperando su esplendor en todos los aspectos.
EliminarGracias por comentar, y gracias por enlazarme en tu magnífico blog.